Los teatros están cerrados desde principios de marzo, días antes de que se decretara el aislamiento social, preventivo y obligatorio en la Argentina por la pandemia del coronavirus. Desde entonces, muchos artistas perdieron sus trabajos y, en consecuencia, sus principales fuentes de ingreso.

Tal fue el caso de Flavio Mendoza, cabeza de compañía que tiene escuelas, circo, y distintos espectáculos teatrales. “Cuando está todo activo, son 280 familias las que dependen de mí”, dice a Teleshow y lamenta no haber podido continuar con sus proyectos. “En lo personal, tuve que vender un departamento para mantener la estructura que tengo que mantener. Realmente necesito volver a trabajar”.

Nicolás Scarpino probó el protoloco que presentó Flavio Mendoza.

En las últimas horas, el productor teatral presentó al Gobierno de la Ciudad un protocolo sanitario para que regrese el teatro con público. “Las funciones por streaming no me funcionan a mí porque son solo para uno o dos días. Yo quiero que haya espectadores en la sala”, explicó quien trabajó junto a una infectóloga en las reformas sobre el Teatro Broadway -”complejo que alquilo y que seguí pagando todos estos meses, aún con sus puertas cerradas”- en donde presentará Un estreno o un velorio junto a Carmen Barbieri, Georgina Barbarossa y Nicolás Scarpino.

“Muchos se quedaron sentados esperando que les digan qué hacer. Yo nunca esperé a que vuelen las vacas, las traté de hacer volar”, trazó una metáfora al afirmar que decidió realizar con sus propias manos las reformas correspondientes en la sala. “No tenía dinero para pagarle a una persona que lo hiciera así que saqué tornillo por tornillo de las butacas, lijé el piso, saqué la alfombra. Me encargué de todo”.

Luego de un mes de arduo trabajo -del que también participaron sus colaboradores- el teatro, que antes contaba con 1500 localidades, ahora puede albergar a 380. “Y con eso tampoco nos vamos a salvar -remarcó- pero por lo menos empezamos a movernos un poco”.

La cabina sanitizante por la que deberá pasar el público antes de ingresar a la sala.

“Es un derecho trabajar, está en la Constitución”, agregó quien espera poder reabrir el teatro y presentar su espectáculo “lo antes posible”. Según el protocolo que presentó -y a la espera de que sea aprobado-, el público disfrutará del espectáculo respetando la distancia social de dos metros, con tapabocas puesto dentro de la sala y, antes de ingresar, se les controlará la temperatura y también pasarán por una cabina sanitizante. “Va a ser más seguro ir al teatro que al supermercado”.

“Mientras se respete la distancia y todas las personas tengan puesto su tapabocas, el riesgo de contagio es cero”, le dijo la infectóloga a Flavio luego de supervisar el protocolo y las modificaciones que se hicieron en el complejo teatral. “Fue un trabajo bastante duro, lo hicimos con mucha ilusión y con la esperanza de volver”, continuó el productor.

Además, destacó que tanto actores como el resto de los empleados (técnicos, iluminadores, asistentes, entre otros) serán testeados una vez por semana. Y lamentó el hecho de haber tenido que reducir el personal. “Me parte el alma, pero no habrá bailarines sobre el escenario porque tenemos un límite. Y yo tengo que pensar en la seguridad de todos”, sostuvo quien se considera uno de los productores “que más da trabajo a una rama de artistas”.

Así quedó la sala del Teatro Broadway.

Hasta el momento, los ensayos se realizan de manera virtual a la espera de poder reabrir la sala y montar el espectáculo con el público presente. “Pienso que vamos a ser el puntapié inicial para que el resto pueda hacer lo mismo. En este momento nuestro trabajo es súper esencial. Ya no se puede sostener más la situación. Si no te enferma el coronavirus, te enferma la cabeza”.

Flavio enfatizó en que es uno de los más interesados en que se cumpla el protocolo y que nadie de su equipo se contagie. Y tampoco él. “Para que entiendas los cuidados que tengo yo -ejemplificó- cuando saco a pasear a mis perros, antes de que entren a mi casa les lavo las patas”, dijo quien toma extremos cuidados por su hijo Dionisio, de dos años.

Por su parte, habló de sus deseos de poder realizar temporada de verano. “Muchos productores me esperan en Córdoba porque yo soy una fuente de trabajo, así que se seguirán presentando protocolos para poder hacerla con cuidados”, enfatizó y concluyó: “Tenemos que aprender a convivir así hasta que salga la vacuna, no podemos quedarnos esperando”.