El 7 de abril de 1889 nació en Vicuña, Chile, la escritora Gabriela Mistral. Falleció el 10 de enero de 1957 en Nueva York. Considerada como una de las relevantes figuras femeninas de la literatura latinoamericana, en 1945 fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura. La Academia sueca dijo que fue distinguida con ese premio "por su poesía lírica inspirada en emociones poderosas, que ha hecho un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano''.

Gabriela Mistral

Entre sus obras literarias más importantes podemos mencionar "Desolación'' (1922 ), "Tala'' (1938), "Lagar'' (1954 ). Como cónsul representó a su país en Italia, España, Portugal, Brasil y en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York .


En el libro "Ternura'' (1924), plasmó su espíritu educador. Desde los humildes predios rurales del continente americano brotó su voz y su amor al prójimo: "Piececitos''.


"Piececitos de niños/ azulosos de frío.// ¡Cómo os ven y no os cubren!/ ¡Dios mío!/ Piececitos de niño,/ dos joyitas sufrientes/ ¡Cómo pasan sin veros/ la gente!"


Ejerciendo como maestra rural, Lucila Godoy Alcayaga, en las más alejadas zonas de su país, manifestó el cariño a la niñez en: "Doña Primavera''.


"Doña Primavera/ viste que es primor.// Viste en limonero/ y en naranjo en flor.// Doña Primavera/ de manos gloriosas,/ haz que por la vida/ derramemos rosas''.


Su actividad docente en Punta Arenas, Temuco y Santiago, fue paralela a su labor literaria y supo dejar a los alumnos versos plenos de emoción: "Caricias''


"Madre, madre, tú me besas/ pero yo te beso más y el enjambre de mis besos/ no te deja ya mirar. Yo te miro, yo te miro/ sin cansarme de mirar,/ Y qué lindo niño veo/ a tus ojos asomar''.


La escritora chilena, desde su Valle de Elqui, manifestó el amor filial en: "Obrerito''.


"Madre, cuando sea grande/ ay.. qué mozo el que tendrás.// Te levantaré en mis brazos/ como el zonda al herbazal''.


Aunque Gabriela no concibió el hijo propio, surge el binomio madre - hijo en: "Duerme, duerme, niño mío,/ sin zozobra ni temor,/ aunque no se duerma mi alma,/ aunque no me duerma yo''.


Su consagración literaria no opacó la vocación docente, como expresó en oración de la maestra:


"Señor, Tú que enseñaste, permita que yo enseñe,/ que lleve el nombre de maestra/ que Tú llevaste por la tierra.// Dame el ser más madre que las madres/ para poder amar y defender como ellas/ lo que no es carne de mis carnes''.


En el itinerario poético de Gabriela se advierte amor a los niños, solidaridad, la maternidad, la docencia y el paisaje   que se amalgaman en estrofa rítmica.


Gabriela Mistral, la maestra rural que alcanzó la gloria junto a los grandes autores del siglo XX, dejó su poesía de singular belleza, con fuerza y originalidad. Su tierno mensaje en la palabra emocionada sigue perenne en la literatura. Con lenguaje coloquial, con ausencia de retórica elevó el canto hacia las cumbres que rodean su valle natal con su voz personal plena de ternura.