Cecilia Villafagne es una artista visual, gestora cultural y publicista sanjuanina que se radicó hace 8 años en Buenos Aires y, ahora, de vuelta en sus pagos se presentará por primera vez de manera individual con la fotoinstalación Esto no es un gualicho, hoy y mañana, en Espacio Bunker (a las 20.30, en Chile 25 oeste, entre Mendoza y Entre Ríos) donde también ofrecerá un conversatorio este domingo a las 19.30 con la intervención del colectivo de artistas L4 B4r4nd4 Galería, del que forma parte, además de integrar el colectivo de residencias RARO (Residencias artísticas raramente organizadas) desde hace un año.
Con la curaduría de Luisina Fava, la exposición estará centrada en una serie de cien imágenes digitales del universo afectivo propio, que la joven hacedora dejó a la intemperie, en su balcón, reposando.
"Trabajé con la idea de que la fotografía puede captar el alma de las personas fotografiadas, yo las dejé en la intemperie para liberarlas como una metáfora de lo que sucede con nuestros recuerdos, por eso se llama Esto no es un gualicho", explicó Villafagne sobre el proceso que realizó teniendo como base fotografías digitales que se fueron transformando plásticamente, producto de la erosión de la naturaleza y el tiempo.
Motivada por la influencia de las artes dramáticas y su formación en Comunicación, su investigación sobre creencias mexicanas y los conjuros a la naturaleza, en su experiencia en el arte, Cecilia expuso de manera colectiva siempre, en lugares como la Casa de San Juan en Buenos Aires, Galería Espacio Paraguay y Gachi Prieto, entre otros; en tanto que fuera del país, fue parte de proyecciones de fotógrafos latinoamericanos en Palazzo Marotto (Italia) y de argentinos en la Galería Povvera de Berlín.
Empleando como herramientas a la fotografía, las performances y las instalaciones, Villafagne juega con los bordes de la ficción y la realidad, lo que está a la vista y lo que se mantiene oculto.