Si alguien hubiera podido dibujarla, hubiese sido una obra enorme y de nítidos trazos. La expectativa del público y de los expositores marcó la inauguración de la 1ª Bienal Nacional de Dibujo, que -organizada por el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson, su sede principal- abrió anoche con la proclamación de los ganadores. El gran premio adquisición de $200 mil fue para "Los ríos que convergen en mí', de la artista oriunda de Buenos Aires Paula Otegui, cuya obra será parte de la colección del Museo. Además se otorgaron tres menciones honoríficas, que recayeron en el sanjuanino Ariel Aballay, por "Ruido masivo'; el cordobés Diego Bastos, por "Interior C'; y Ezequiel Quines, también de Buenos Aires, por un díptico sin título.


"El premio principal podría inscribirse en la categoría de paisaje, a medias alegórico, a medias simbólico, a medias ornamental y a medias imaginario. Es una obra llena de estímulos que lejos de cerrar un discurso, lo abre. Tiene un concepto complejo y al mismo tiempo una elegancia de línea, explicó a DIARIO DE CUYO Eduardo Stupía, director artístico, curador y también jurado junto a Valeria González y Julio Páez. "Es de algún modo la síntesis del concepto general del jurado, un premio que tiene una filosofía muy contemporánea pero al mismo tiempo una resolución académica y técnica muy depurada; de modo que combina cosas que a veces no se combinan tanto en el arte contemporáneo, que es muy ideológico y muy de actitud, y que por eso a veces saltea imprescindibles necesidades de lenguaje que corresponden más a segmentos más tradicionales. Esta obra habla de la depuración del lenguaje y del riesgo del concepto; y es fiel a la filosofía general de la Bienal', agregó.


En cuanto a las tres menciones -que serán parte de una exposición grupal en 2020- se buscó que fueran una suerte de premio revelación, gente que de acuerdo a la calidad de su obra ya necesita mayor visiblidad. "Consideramos que era bueno destacar novedades más que consagrados', acotó el jurado, para quien "un premio siempre es muy justo y muy injusto, porque se deja a alguien de lado; y en una Bienal tan extensa como ésta, fue complicadísimo'.

Diversidad a mano alzada


¿Con qué se va a encontrar el público en la muestra?. En esta 1º Bienal, la selección fue lo más amplia posible, con un criterio más didáctico que curatorial (entendiendo que 'los curadores señalan tendencias, conceptos y proponen miradas') para mostrar maneras de dibujar, subrayó Stupía. A diferencias de otras que se realizan en el mundo, no tiene un "subtítulo' que marque o condicione. ¿Por qué? "Porque es la primera y preferimos primero abrir el campo, para eventualmente en próximas ediciones, con la idea ya instalada, circunscribirla', señaló. Esta gran diversidad es, para Stupía, "el espejo exacto del territorio'. "Uno diría que todos los territorios contemporáneos son por definición diversos, pero la Argentina es aún más diversa porque somos una mezcla, cada vez más. Una bienal de dibujo hace 50 años posiblemente hubiera tenido más color local; en cambio ahora, en el mundo y más aún en nuestros países, se ve este fenómeno de una gran diversidad de lenguajes y de maneras de dibujar', explicó el curador.


El dato


La Bienal propone múltiples actividades, muchas gratuitas, que pueden consultarse en la web del Museo: www.museofranklinrawson.org

 

Premio adquisición

Paula Otegui. Obra: "Los ríos que convergen en mí' (2016). Acrílico y pasteles sobre papel, 130 cm x 150 cm 


Nació en Buenos Aires en 1974. Licenciada en Artes Visuales y Profesora de Pintura y Grabado por la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Ha participado en numerosas muestras colectivas en el país y el extranjero. Ganó numerosos premios, entre ellos la Beca Fundación Pollock-Krasner, New York, 2013-2014, Beca Residencia Feria Arco Madrid en Casa de Velázquez y Primer Premio Dibujo/Pintura, Concurso Artes Visuales Fondo Nacional de las Artes, Casa Victoria Ocampo (Buenos Aires, 2017)


Las menciones honoríficas
 

Diego Bastos, Córdoba. Interior C (2019) Birome-marcador sobre papel, 150x109
Ezequiel Quines, Buenos Aires. Sin título, díptico (2018) Grafito y carbonilla sobre papel, 150 x 130
Ariel Aballay, San Juan. Ruido masivo (2019) Lápiz sobre papel y monoimpresión, 35x40