La compañía. De izq. a der. Romina Masiero, Valentina Anzor, Nicole Nuñez, Lucía Matus, Guadalupe González, Sol Olmos, Florencia Ruiz, Valentina Bordón, Estefanía Martínez, Micaela Salinas, Laura Pacheco y Paz González.


El malambo femenino va tomando forma en todo el país y San Juan no es la excepción. Aunque ya se venía pergeñando, el taller de verano impulsado dentro de la Experiencia Bardo en el marco de las actividades de verano del Centro Cultural Amadeo Conte Grand, sirvió como empujón para moldear una novedosa agrupación femenina de malambo, la primera de estas características que se instala en la provincia. Bajo el nombre de Amazonas compañía de malambo, la formación reúne a mujeres de distintas edades que se animaron a incursionar en un arte que, hasta no hace mucho tiempo, era considerado exclusivo de los varones. 


Dirigida por el consagrado bailarín y coreógrafo Juan Pelletier -ganador del Pre Cosquín 2001 en el rubro Solista de Malambo Sureño y revelación del Festival de Cosquín 2006 con el conjunto El Malón-, la agrupación está compuesta por 14 bailarinas que van desde los 16 años de edad y coordinada por la profesora Laura Pacheco. 


Las integrantes son: Romina Masiero, Valentina Anzor, Nicole Nuñez, Lucía Matus, Guadalupe González, Sol Olmos, Florencia Ruiz, Valentina Bordón, Estefanía Martínez, Micaela Salinas y Paz González. Todas ellas ya se encuentran trabajando en el lanzamiento de contenidos a través de las redes sociales para hacer su debut oficial de esta manera en Facebook e Instagram, por ahora, hasta "que se pueda ofrecer un espectáculo presencial, debido a las restricciones por la actual situación sanitaria". 

"Si bien, antes malambeaba el varón; hoy, la mujer viene a imponer un malambo desde otro lugar". Laura Pacheco, coordinadora.

"Amazonas nació en contexto de pandemia. En ese entonces, daba clases en Instituto Madrid y la virtualidad era el modo. Mi celular tenía clases armadas y le propuse a Ana Paula Anzor -Ndr: Embajadora Segunda de la Fiesta Nacional del Sol 2020-, que fue un poco la gestora que nos llevó al programa Bardo, y a Laura Pacheco que armaran un grupo de mujeres que quisieran aprender boleadoras y así empecé a pasar los contenidos. Luego se presentó un proyecto en el cual Experiencia Bardo nos brindó su espacio en el Amadeo Conte Grand donde ensayamos ahora", señaló el maestro preparador acerca de los primeros pasos de este grupo que se terminó de completar con jóvenes del curso que se estableció en el espacio de calles San Luis y Las Heras. 


"Hace un año veníamos pensando en armar la compañía. Hasta que se nos dio la oportunidad. Ahora, todavía no está consolidada, está en proceso de nivelación pero ya podemos crear, eso es lo importante", manifestó Pacheco.

Semillero. El taller de malambo fusión en el Centro Cultural Amadeo Conte Grand también fue impulsor de la compañía. 


Así, en busca de identidad e innovación, lo genuino de esta agrupación es que "cada una de las bailarinas propone y suma desde su esencia femenina", según mencionó el director acerca del poderoso conjunto que también cuenta con el apoyo de otro coreógrafo como es Alejadro Almarcha. De esta manera, el preparador remarcó que por esa razón está seguro que "va a poder despegarse la disciplina Malambo de la imagen del hombre".


"Todas las chicas son independientes, si bien hay algunas que van a academias. Y como conjunto somos independientes, así es que la financiación para los videoclips que queremos lanzar sale de nuestros bolsillos", añadió la asistente que sueña girar dentro y fuera del país con sus shows.


"Si bien, antes malambeaba el varón; hoy, la mujer viene a imponer un malambo desde otro lugar. No se trata de imitar al hombre, sino hacerlo más femenino, más sensual, mas erótico... Creo que vamos a otorgar un espacio de fuerza y de lucha a la mujer", agregó Pacheco, una apasionada de esta expresión artística que brinda el toque femenino al equipo y, además, forma parte del staff de bailarinas.


Boleadoras, bombos y cajas, son algunos de los elementos con los cuales trabajan las artistas que le dieron alas a la ilusión de zapatear en los escenarios. ¿La finalidad? Romper con estructuras conservadoras, generar visibilidad y exhibir sus destrezas en explosivas y revolucionarias propuestas, con una vuelta de rosca a un estilo tradicionalmente masculino.