Hizo de las suyas; puso a cantar a sus músicos, le dedicó un tema a su mujer, madre de su única hija Luna y también coreuta, Marcela García Ibáñez; y hasta se puso a bromear con el público. Simpático y súper comunicativo, Alejandro Lerner aterrizó el domingo en el escenario de la Fiesta Nacional de Santa Lucía donde, hasta pasadas las 2, arrancó suspiros con sus clásicos: Volver a empezar, Amarte así, Todo a pulmón, Por un minuto de amor y Juntos para siempre, los mismos que los lectores votaron como favoritos en la encuesta realizada en DIARIO DE CUYO ONLINE con motivo de su regreso a la provincia.

Con 3 décadas de profesión en sus hombros y 54 años de edad, el hombre transpira felicidad por los poros. Orgulloso de su paternidad, se muestra enamoradísimo de su esposa y relajadísimo en las tablas, disfruta con cada canción, si hay algún error no le importa disimular y tampoco se molesta si tiene que reiniciar un tema, como ocurrió con los primeros acordes de Verte sonreír (del disco Enojado) que cantó para sus dos amores. Sin duda, los años no vienen solos.

Tras la caída de algunas gotas que amenazaron con inundar la velada, desde prensa, informaron que el municipio pensó en reprogramar las actividades y adelantar el recital del cantautor para la apertura.

Sin embargo, la tormenta se alejó y la noche se prestó para que Alejandro le pusiera el broche a la 20ma edición de las celebraciones del departamento del Este, que arrancó a las 22.45 con las palabras de bienvenida del flamante intendente Marcelo Orrego y continuó con los intérpretes Claudio Rojas, Miguel Delgado y Nacho Silva de Operación Triunfo.

Sólo para románticos

Con un vestuario más que juvenil, el pianista y autor dialogó con la platea y repasó todos sus hits (como Mira hacia tu alrededor, Cuando estoy lejos de ti, Hay algo que te quiero decir, Después de ti, No hace falta, Una vez más), con su teclado al hombro y sentado frente a él, siempre con guiños cómplices a su compañera del alma.

Además, se animó a tocar su versión de Dame, pieza que se hizo famosa en la voz de Luis Miguel, pero que es de su autoría. "Esta canción me dio grandes oportunidades, la compuse hace mucho tiempo, me la compró un muchacho Miguel, Luis Miguel", comentó con sorna, en referencia a El Sol de México.

Para su despedida (después que el intendente le regaló vinos de San Juan y él prometió "tomarlos todos en casa"), Ale puso a rodar Todo a pulmón. Con una última estrofa a capela y sin micrófonos, para demostrar su virtuosismo, el vocalista dijo adiós a una audiencia femenina que endulzada por tanto romance, lo empujó a retornar a escena con Volver a empezar. Para sacarse el sombrero.