Ramón Palito Ortega volverá hoy a San Juan para compartir sus éxitos en el marco de la Elección de la Reina del Adulto Mayor. La fiesta se desarrollará esta tarde en el Estadio Cubierto Aldo Cantoni (con invitaciones gratuitas que se entregaron hace unos días) y el cierre musical tendrá como protagonista al cantante nuevamente, como en 2017. El tucumano, que viene de ser distinguido por el Senado de la Nación con el Premio Domingo F. Sarmiento, que el año pasado festejó sus 50 años de carrera, acaba de editar un nuevo disco, Románticos '60, donde versiona en castellano hits de Paul Anka, Dion Di Muccio Neil Sedaka; todos temas que interpretaba en sus inicios bajo el seudónimo de Nery Nelson.


Antes de su llegada a San Juan, el jefe del Clan Ortega, en una charla con DIARIO DE CUYO, reflexionó sobre su legado artístico, su trayectoria, Charly García y hasta de la música de moda.



-Acaba de cumplir 50 años con la música, ¿cómo analiza su carrera?
-Yo estoy muy agradecido a la vida y a Dios, a la gente que me ha permitido transitar tanto tiempo una carrera que no es tan fácil. 


(Luis) Sandrini me decía "Muchas veces se puede llegar hasta por casualidad, pero nunca nadie se mantiene en el éxito por casualidad". 


Es decir que cuando pasa el tiempo y la gente empieza a descubrir ciertas cosas te dan la posibilidad de una permanencia. Quizás en mí haya estado la virtud, o no sé cómo llamarlo, de escribir mis propias canciones. Eso me ha dado una chance más de seguir, de haber hecho 17 películas... dirigir... Aunque todo tiene un puntapié inicial que es la música.



-Recibió un galardón en el Senado y el año pasado hubo un homenaje musical. ¿Cómo vive estos momentos?
-Son importantes, los reconocimientos son buenos en vida, cuando uno los puede disfrutar. Ese día en el Senado estuvieron mis hijos, Evangelina; fue un reconocimiento importante. Después está el reconocimiento importante que uno recibe de la gente directamente, ese que uno tiene cuando sube al escenario, que la gente se acuerde de las canciones, ese reconocimiento no tiene parangón.


Y en el recital del año pasado, sí estuvo bien todo. Parecía que los músicos del rock iban a estar divorciados de la música pop que hago, pero sin embargo terminaron juntándose. El caso más importante es la relación que alcanzamos con Charly (García), que él haya tocado en mis últimos discos y lo hace con alegría, esa colaboración fue realmente muy importante. Y es gente que hace unos años atrás parecía como difícil que se pudieran comunicar con uno a través de la música.



-¿Usted sintió que esos músicos despreciaban su música?
-No, pero estaban más en su mundo y es como que de repente uno tuvo la oportunidad de encontrarse y nos dimos cuenta que hacemos diferentes tipo de música pero no están divorciadas.



-En el caso de Charly García, usted estuvo en un momento importante de crisis, ¿esa relación cercana existía o se forjó después?
-La relación ya existía, de manera que cuando ocurrió lo que ya todo el mundo sabe, fue más fácil hablar con él. Un día que fui a verlo al hospital estaban tomando decisiones importantes... él no quería ir a ningún centro de rehabilitación y le ofrecí mi casa. Nos fuimos a Luján, mi familia nos hizo el lugar que correspondía. Lo que fue muy importante en ese período fue que yo tuviera un estudio de grabación. Para Charly, con su enorme capacidad musical, no había una terapia más importante que la música.



-Ustedes se convirtieron en su familia, ¿lo sienten así?
-Él tiene muy buena relación con mi familia en general, tanto que Rosario canta con él. A Charly no le han durado mucho las relaciones musicales, porque él tiene sus exigencias y su personalidad. Pero con Rosario tienen una gran afinidad musical, a él le gusta cuando una persona toma una partitura y se la lee a primera vista, Charly lo reconoce y lo respeta.



-¿Cuál es el legado artístico de Palito Ortega?
-Yo no siento que haya legados, al menos no me puse a pensar fríamente lo que dejaba, lo que está, está. Las películas se hicieron, las canciones que me grabaron en alemán, italiano, en francés, ahí están. Y después, bueno, volvemos a lo que decía Sandrini, debe haber algo más que yo no me atrevo a analizar, algo que a lo mejor le llega a la gente. Uno tiene que ver con la historia de la gente, te dicen que se enamoraron con una canción o una película.



-¿Qué lo motiva a seguir haciendo shows en vivo?
-Me gusta mucho, disfruto mucho el escenario, cuando la gente participa, se involucra en el concierto. Cuando uno ya no lo disfruta es cuando tal vez tenga que pensar seriamente en no subir más. Después de muchos años uno puede decir, "bueno, ya está", pero a mí me gusta ese ida y vuelta con la gente. Mientras tenga fuerza para sentir la felicidad de estar en un escenario, y sienta que a la gente le gusta que esté, lo voy a hacer.