Crímenes de familia, protagonizada por Cecilia Roth se convirtió el viernes en una producción aspirante a los premios Goya. Elegida por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, competirá con producciones de otros países para formar parte de la terna de Mejor Película Iberoamericana.


Esta es la tercera película de ficción del realizador Sebastián Schindel, que llega luego de la premiada "El patrón: radiografía de un crimen" y "El hijo", ambas con Joaquín Furriel. En la nueva cinta estrenada en Netflix y CineAr el 20 de agosto, el director, quien también es autor del libro, toma una familia acomodada de Barrio Norte, aparentemente perfecta, que se ve atravesada por graves flagelos y el modo en que lo enfrentan es el núcleo de este drama.


En contacto con DIARIO DE CUYO, Schindel se mostró contento por la novedad, aunque prefiere ser cauto con sus emociones hasta que la Academia española decida.


- ¿Cómo vivió esta elección? 


- Tenía mucha ilusión de que sucediera y se dio. Sería un sueño ganar. Uno se ilusiona, pero no hay que hacerlo mucho para que no llevarse una gran decepción. Yo digo que ésta es una película independiente, muy pequeña, hecha con muchísimo esfuerzo, me costó mucho armar esta producción. Y lo que voy viendo gracias al estreno, las repercusiones y ahora la selección al Goya, siento que de golpe esta película se está haciendo grande, cuando no era una película muy pequeña, hecha con muchísimo riesgo. Por suerte las cosas salieron bien, pero no es un tanque, es todo lo contrario.


  - ¿Cómo se dio el rodaje con Cecilia Roth?


- Fue lindísimo. Ella siempre fue mi primera opción, desde que escribí la primera versión del guión pensaba en ella. Le acerqué el primer borrador hace tres años o más. La anécdota es que cuando finalmente estábamos listos para rodar, ella ya tenía su agenda tomada, una actriz como ella hay que reservarla con mucha anticipación. Así que de milagro logramos hacer un hueco. Fue un trabajo muy agradable, quedamos como amigos, fue muy placentero. Con todo el resto del elenco también, pero con Cecilia al ser protagonista fue con quien más trabajé.


- ¿Por qué decidiste hablar de violencia de género?


- Ahora a la película, de pronto, la toman para embanderar un montón de luchas y me encanta, pero no es algo que yo haya pensado de manera consciente o estratégica o que yo quisiera hacer una película sobre género. Yo conté la historia que sentí que quería contar. Por intuición, porque me obsesionan ciertos temas y sola se fue convirtiendo en esto. La película ya no es mía, es del público, se la apropia, cada uno ve una película que quiere ver y le agrega significado. Me encanta que eso suceda, pero no es una decisión consciente. Sí contiene la mirada sobre la justicia, sobre la diferencia de clases sociales, sobre la educación de salud reproductiva. Crímenes de familia es como El patrón, pero de mujeres. De hecho el primer título que le puse fue La Patrona.


- ¿Están conectadas entonces las dos?


- Sí. Este caso la "patrona", Alicia, no es como el personaje de Luis Ziembrowski que era alguien malo, con malas intenciones, Alicia se considera una muy buena persona, una buena esposa, buena madre, ejemplar empleadora de su empleada doméstica, pero está cruzada por un montón de prejuicios y realidades del sector al que pertenece. Y en oposición a "El patrón", donde también estaban estos abusos, la mujer está expuesta a muchas más situaciones de abuso y de violencia. Me interesaba hacer mucho la contracara de "El patrón". Son películas que dialogan, los nombres están conectados, hay varias analogías más escondidas en esta película, visuales y de diálogos. Un desafío para el que los quiera buscar.


- ¿Cómo funcionó el estreno y la visualización en Netflix?


- Es una experiencia nueva, el mundo del cine y el modo en que los usuarios consumimos cine está cambiando, aún desde antes de la pandemia. Estaba latente el cambio, pero con la cuarentena se aceleró. Es increíble que esté en Netflix, estrenó en simultáneo en todo el mundo, en 30 idiomas diferentes, fue encontrar críticas en coreano, chino, en polaco, en turco, es muy raro; que el mismo día esté para todo el mundo.


- La crítica a la justicia, ¿es muy algo muy nuestro? ¿Cómo fue recibida en otros países?


- Sí, es muy nuestro. Aunque también es algo que pasa en todo el mundo, porque más allá de la crisis que hay del sistema judicial hace muchos años, el acceso a la justicia en función de la capacidad económica que tenga cada uno, eso es así, tristemente, en casi todo el mundo. El abuso de la mujer, también tristemente, es algo presente en todo el mundo. Así que si bien la pensé para la Argentina, estoy muy contento de que funcionó muy bien en otros países. Si bien Netflix no da informes oficiales del resultado de las películas, hay informes extraoficiales que dicen que la película anduvo bárbaro en toda Latinoamérica, Europa y en Medio Oriente.


- ¿Cuáles fueron los disparadores del guión?


- Me llegaron dos casos judiciales, uno con infanticidio otro con femicidio, empecé a investigar sobre ellos, sobre otros casos también, a ver patrones, me asesoré con abogados penalistas y especialistas en tema de género. En base a eso construí esta historia. Me interesa la tragedia social que está detrás de un caso policial individual. Hay un conflicto que tenemos todos como sociedad que genera que estas cosas sucedan y se reiteren. Eso lo que me interesa explorar, ahí es donde me agarro del género thriller, policial-judicial, para invitar a reflexionar sobre estas cosas.


- Con todo lo que está pasando con Crímenes de Familia ¿Sentís que es un muy buen momento para vos?


- Sí, es un crecimiento. Cada película que hago es un crecimiento, esto es un oficio y uno va aprendiendo sobre la marcha; con cada película que hago aprendo, experimento y arriesgo más. Esta película era muy riesgosa, finalmente pude convencer a Buffalo Films que se animaron cuando nadie se animaba. Veían los monólogos de las declaraciones judiciales, eran cinco páginas, me decían "esto es un bodrio". Y bueno, era una decisión arriesgada de dirección. Podía quedar bien o mal, pero yo tenía ganas de probar con eso; de jugar con el lenguaje de una película donde las cosas más dramáticas no se ven en acciones, sino que están en testimonios. Por eso trabajé mucho con los actores para que esos testimonios fueran potentes. La película transcurre más en la cabeza del espectador que en la pantalla. Es anticinematográfico si se quiere, más teatral.



La ficha


Crímenes de familia estrenó en Netflix y CineAr el 20 de agosto, sin pasar por los cines, cerrados por la pandemia. El elenco está integrado por Cecilia Roth, Miguel Ángel Solá, Yanina Ávila, Benjamín Amadeo, Sofía Gala Castiglione, Paola Barrientos, Diego Cremonesi. Cuenta la historia de un matrimonio que vive en uno de los barrios más lujosos de Buenos Aires junto a su empleada, y su pequeño de 3 años. Sus vidas se alteran cuando su propio hijo es acusado de violación.