En la última semana empezó a correr el rumor de que Susana Giménez habría sufrido el robo de una peluca suya valuada en 1500 dólares. La versión cobró fuerza después que Mariana Brey diera la información en Los Ángeles de la Mañana (eltrece) y se revelara quien es el principal acusado del hurto: ‘Osvi’, quien hace más dos años se convirtió en el peinador habitual de la diva.

Para profundizar en el tema, Ángel de Brito se comunicó con Miguel Romano. El histórico peluquero de la conductora terminó dando declaraciones explosivas en la que evidenció su enfado no solo con quien fuera su empleado, sino también con su célebre clienta. “Osvi era mi asistente. Iba y venía de Bahía Blanca y se quedó aquí como un idiota. Y pobrecito parecía un desgraciado y le dije ‘quedate’, y empezó a esconderse y no me gustaba lo que hacía”, explicó.

Luego, rememoró: “A mí no me gusta que cuando se cambia Susana esté alguien adelante, solamente yo y ella. Pero él empujaba la puerta para entrar y se quedaba con ella mientras iba a maquillarse. Fue metiéndose, metiéndose y me dolió saber que hace dos años que la está peinando en Punta del Este. Me hubiera gustado algo de lealtad o que Susana me diga que no quería que la peine más y listo”.

Envalentonado y ofuscado, Romano no dudó en definir a su exasistente como un “traidor” y una mala persona. “Ni me dijo que la iba a peinar. Él quería ser como Susana Giménez, la imitaba y cuando se sacaba una foto con ella ponía hasta la misma actitud. Un idiota. Se probaba las pelucas, los vestidos de Susana y se llevó de acá un vestido de ella”, lamentó.

Después de tanto tiempo en el que se ocupó de que la diva siempre esté impecable, lo que más le duele al estilista es la incertidumbre, “No sé si sigo siendo su peluquero. Hace dos años que vino la última vez y se colocó las extensiones y se fue a Punta del Este. Hace dos años que no la veo, prácticamente. Hablé por teléfono eso sí”, reveló.

Por otra parte, también criticó el look que tuvo Giménez en la reciente entrevista que brindó. “No me gustó como la vi maquillada, ni peinada. El pelo muy amontonado. Yo le había hecho un pelo muy especial, más finitas las puntas de abajo, no tan cuadrada y derecha”, describió. Y añadió: “Me extrañó que no me haya llamado. Después me enteré que había llevado a Punta del Este a un asistente mío. Me enteré por otra boca”.

En ese sentido, Romano explicó que un llamado de su amiga hubiese bastado para evitar el malestar. “Me hubiera gustado que ella me dijera ‘mirá Miguel me llevo a tal persona conmigo porque me hace falta’. Y no había problema. O ‘sos muy grande para peinarme’”. Y concluyó: “Después de 50 y pico de años que estoy al lado de ella, me hubiera gustado ese detalle”.