Buenos Aires, 22 de noviembre.-Fue una noche difícil, brava. El lunes a la noche se vivió en Bailando un nuevo capítulo del certamen de árabe, con sustos, discusiones por demás acaloradas, llantos y renuncias que dejaron con la boca abierta a más de uno y un desconcierto que se respiraba en el aire.

Es que Silvina Escudero protagonizó dos momentos que sacudieron a Marcelo Tinelli, el jurado, el público presente y seguramente a quienes lo miraban desde sus casas, cuando sufrió un fuerte golpe en la cabeza al finalizar su coreografía.

Luego de ser atendida por los médicos del programa, Silvina se preparó para escuchar la devolución del jurado, que distaba de ser una caricia para la cabeza golpeada de la morocha. Por el contrario, al poco tiempo, la testa le empezó a hervir.

El que inauguró el round fue Aníbal Pachano, quien le dijo que la notaba de mal ánimo. La bailarina, angustiada, le respondió que por el contrario transitaba por uno de los mejores momentos de su vida.

Con rapidez, sin dejar que Escudero se reponga, Moria Casán ocupó el lugar de Pachano y soltó, ligera de cuerpo, que tan buen momento no debería estar pasando, ya que la semana pasada se le murió su abuela.

Y, ahí sí. El golpe en la cabeza y los “cachetazos” del jurado se combinaron para que Silvina explotara y, entre un mar de lágrimas, renunciara a la competición, sin antes agradecerle a Marcelo los últimos años de trabajo en su productora, Ideas del Sur.

Pero eso no fue todo lo que pasó en una noche bien movidita. Después les tocó el turno protagónico a María Eugenia Ritó, que bailó con dolor en la espalda y recibió una muy mala devolución por parte del jurado, y Carmen Barbieri, otra de las evaluadoras.

La coreografía de Rito no fue del agrado de ninguno de los jurados, aunque bastó que la primera en hacerle la devolución, Barbieri, se lo dijera, para que la vedette explotara y pronunciara una lista bien nutrida de insultos.

“Gorda”, “pato” y “enferma”, fueron sus preferidos (o, por lo menos, los que más repitió). Antes, Carmen la había llamado “enana”, aunque aseguró que habitualmente utiliza ese término para con ella, de manera afectuosa.

Rito no se detuvo en explicar si esto era así o, si en cambio, era la primera vez que lo escuchaba de su boca. Es que el impulso que la llevó a estar cara a cara con la jurado fue irrefrenable.

Mientras, Tinelli pedía calma y el clima se enrarecía. Barbieri escuchaba como Rito le recordaba sus últimos malos momentos sentimentales (separación de Santiago Bal), y sólo atinaba a decirle que era una “desagradecida”.

En fin, en la última noche de Bailando se vivió una jornada para el recuerdo. Mientras el rating no paraba de subir. El martes, las sentencias.