El pianista Scebba brindó un concierto anoche con amigos y colegas locales.

Ser maestro es, fue y seguirá siendo parte fundamental de su vocación musical. Aunque se haya retirado de los claustros universitarios hace dos años y gire por las capitales del mundo, el pianista Miguel Ángel Scebba sigue manteniendo sus vínculos afectivos y artísticos con la tierra sanjuanina. Anoche brindó un concierto de cámara con obras propias y de Brahms, junto a sus amigos colegas Vesselin Yanakiev, Raina Diankova, Alex Zuzuk y Alexander Takhmanov en el Auditorio Juan Victoria. En este contexto, el músico que se encuentra en la provincia presto al próximo vuelo, dialogó con DIARIO DE CUYO sobre su presente artístico.


'Desde que me jubilé como docente en la universidad (la Escuela de Música de la UNSJ), tengo más tiempo para dedicarme a dar conciertos, viajo más por el mundo, con más libertad. Bueno esa es mi novedad. Entre octubre y noviembre iré a San Petesburgo a hacer homenajes a mi profesor Vladimir Nielsen. De Crimea, Moscú a Siberia, también tiene espacio en su agenda para estar en Valencia, España. Allí, Scebba forma parte de una comisión directiva de una fundación que patrocina actividades culturales en el Castillo Todolella (del siglo XIV) que fue donado por el organista argentino Ricardo Miravet al estado español, con el rol de programador de conciertos. Sin embargo, San Juan siempre es un destino: 'No me he desligado de San Juan, de hecho sigo viviendo aquí en mi casa de Zonda, vengo cada dos meses, por más que esté viajando, no me desvinculo completamente de los músicos amigos, contó. Esa vida del músico, ser parte del mundo con una visión cosmopolita, es lo que lo define. 'Un amigo director hace tiempo me hizo pensar en este sentido. El músico solista generalmente salta de un lugar a otro porque, no podemos dirigir o tocar en el mismo lugar, el público se cansa de la misma cara. Es la esencia de nuestra profesión', concluyó.