Abrazados a la causa. Los músicos solidarios ofrecieron un espectáculo original que conmovió a la platea. El cierre fue brillante con "Dale alegría a mi corazón" (de Fito Páez). La ovación fue rotunda. 

Después de incontables días de ensayo y preparación, el momento esperado por los músicos solidarios se hizo realidad. Comprometidos con la misión y aplaudidos por los espectadores hasta la ovación, los artistas sanjuaninos que presentaron el Festival "A todo o nada por vos" terminaron en un abrazo fundido de sentimientos encontrados.

El recital brindado anoche en el Teatro Sarmiento, cumplió su cometido de ayudar a las comunidades de Casuarinas y La Bebida, beneficiarios directos de este evento solidario que estuvieron presentes en las primeras filas de la sala. La velada inició con la aparición en escena de Gustavo Troncozo y Claudio Rojas, que se ofrecieron como presentadores descontracturados que animaban el show con cada intervención y comentario. El recital estuvo dividido en tres segmentos definidos: los artistas del palo pop, melódico, cumbia y rock, dieron rienda suelta a la interpretación de obras clásicas del cancionero cuyano, como así también, unas piezas de tango. La otra parte, fue para los folkloristas que tuvieron que valer sus dotes y poner el pecho para el rock nacional. Sueltos y cómodos, Los Labriegos pelaron las violas para acompañar a los rockeros, melódicos y tangueros. El primer número fue "Romance de mi niñez", en la interpretación de Claudio Rojas. Luego, dio paso a Martina Flores con la clásica "Volveré siempre a San Juan" y los chicos de Boomerang (Ceci Yañez y Gabriel Quinto) una impecable versión de "La cueca del jamón". Posteriormente, Marcelo Pósleman (cantante de Vinilómanos) ofreció La Pomeña y Candelaria Mallea -con una voz rotunda y potente- cantó "Carta a un cuyano". Eduardo de Cabrera, por su parte, le puso su particular chispa alegre que fue acompañado por las palmas de la platea con la cueca "Cuyana cosechadora". En el segmento tanguero, Jorge Flores y Erica Alonso, con "Los Mareados" y "Garganta con arena" respectivamente, deleitaron por su estilo interpretativo llevando estas versiones hasta alcanzar dimensiones líricas.

 
En la segunda parte, intervino el Coro Vocacional de la UNSJ con una brillante ejecución de "Muchacha ojos de papel" llevando a todos los presentes a otro nivel sensitivo. Por su parte, Vinilómanos acompañaron musicalmente a los folkloristas al tiempo que Melisa Quiroga realiza su versión de "Pensar en nada" y Troncozo hizo "Un pacto para vivir" seguido por el Dúo Díaz Heredia con "El témpano". Hasta ese momento, el auditorio entero los alababa con gritos de "bravo" y pedían más todavía. Caty y Bebe Martínez de Los Labriegos interpretaron "El ángel de la bicicleta" y Diego Villegas "Mariposa Tecnicolor", quienes resultaron muy aplaudidos también. 


El plato fuerte vino al cierre con la canción "Todos somos uno", en el que entraron todos los artistas a escena, el cuadro generó mucho entusiasmo y emocionó tanto que hizo levantar a los espectadores de sus butacas. Y por si fuera poco, el tiro de gracia lo hizo el Coro Vocacional con el que todos juntos hicieron "Y dale alegría a mi corazón", un excelente arreglo que terminaron muchos con lágrimas en los rostros conmovidos por el espectáculo.

 
Sin baches, todo se desarrolló de manera dinámica, con una coordinada puesta lumínica y un sonido bien claro donde todos los instrumentos y las acciones vocales fueron explotados al máximo. Pero puntos de mérito también los tiene el director musical, Lucio Flores, quien fue el cerebro de esta original y entretenida propuesta artística. 

Eduardo Cabrera, uno de los números de la noche, animó a todos con su versión de "Cuyana cosechadora". 
El público acompañó cada actuación con mucho respeto para escuchar a los artistas en escena. 
Los miembros del Hogar de Día Revivir de Casuarinas disfrutaron con mucho entusiasmo la fiesta.  (Fotos Mariano Arias)

El Backstage 

La intimidad del camarín  

Con las horas contadas para empezar el show, los artistas llegaron muy temprano al teatro para arreglarse, maquillarse y ponerse a tono con la gala. Pero también, tuvieron un momento para confraternizar, sacarse fotos, intercambiar palabras y memorizarse el guión de la jornada. Mientras tanto, en la estructura del escenario, todos los detalles de luces, sonido, instrumentos y equipos eran supervisados por los técnicos. Todo seguía bajo el plan. Mientras los miembros del Coro Vocacional calentaban voces, en los camarines, los músicos aprovechaban un trago de gaseosa fresca. Las charlas y los chistes en la previa no faltaban. 


Aguardando que el público ocuparan las butacas, los artistas podían estirar un poco más y picar algo antes de la función. "Acá están las indicaciones de cómo empezar, primero salen Troncozo y Claudio para la presentación...", les indicaba Germán Güell a los artistas, quien asistían a los músicos en el backline. El encuentro y cruce entre los protagonistas de la velada fue con un clima cordial y amistoso. 
 

Diego Villegas fijándose que no haya un pelo fuera de lugar. 
La selfie socialera como cábala antes de actuar.
Imperdible.  
Las chicas maquillándose y arreglándose para la gala.
El glamour no puede esperar.