Branden Condy es un joven de 25 años que un día decidió cambiar su historia y terminó convirtiéndose en millonario. Nació en Virginia, Estados Unidos, y viene de una familia pobre. Llegó a vivir en la calle, pasó por varios trabajos, pero uno de ellos lo inspiró a progresar. Se lo propuso, trabajó en ello y hoy tiene su propio negocio.

En cuanto a su infancia, cuenta que “estaba asustado y perdido”. “A menudo me quedaba solo en casa mientras mi mamá trabajaba muchas horas para pagar las cuentas y mantener la comida en la mesa”.

“Ella se esforzaba mucho y nos amaba mucho, pero las cosas eran realmente difíciles en ese entonces”, reconoce Condy. “Cuando perdió su trabajo, nos pidieron que nos fuéramos de la casa con un aviso de doce horas. Entonces tuvos que dormir en la calle”.

Ya en su adolescencia, a los 16 años consiguió su primer trabajo en un local gastronómico como bachero. Pero el clic lo tuvo a los 21 cuando comenzó a limpiar barcos y yates.

También leyó un libro que hablaba sobre la importancia de darse a conocer y llamar la atención. “Ahorré todo el dinero que ganaba y comencé a trabajar para hacer crecer mis seguidores en Instagram”, explica. Luego, se acercó gracias a las plataformas a “unos tipos en Arizona que tenían un exitoso negocio de marketing”, lo invitaron a conocerlos y se fascinó: “Vi los coches, el dinero, el éxito, y quería estar en su lugar“.

“Antes de irme les dije que me verían de regreso allí en treinta días, ya que planeaba volver y comenzar mi propio negocio”, dice. No le creyeron, pero para la Navidad de ese año renunció a su trabajo y condujo por todo Estados Unidos para empezar una nueva empresa de marketing con ellos.

En la actualidad, Condy no solo tiene 230 mil seguidores en Instagram, sino también una compañía que genera cientos de miles de dólares al mes. Y gracias a ello puede disfrutar de sus autos de alta gama, ropa de diseñador y un hogar de lujo.