Es la revelación del 2011. Con sus decididos 24 años de edad, Noelia Pompa experimenta un giro total en su vida: la semana pasada se coronó (junto a Hernán Piquín) como la campeona de Bailando por un Sueño -al que volverá el año próximo- y la abanderada de la lucha por la integración. Y ahora dio un salto de la pantalla más caliente de la TV a las tablas del teatro, con el debut extraordinario de Stravaganza, la revista de Flavio Mendoza que abrió la temporada en Carlos Paz, donde también compite para ser "La chica del verano' (ver página siguiente). Sesiones de fotos, reportajes y horas de ensayo se incorporaron instantáneamente a su andar cotidiano. Y su carrera por el circuito del espectáculo nacional recién comienza. En medio de este presente artístico inolvidable, la pequeña de cuerpo pero grande de corazón, habló en una entrevista exclusiva con DIARIO DE CUYO.

- Este debe ser el mejor momento de tu vida...

- Sin duda que sí. No sólo es un momento sino que es un año inolvidable, tanto en lo personal como en lo profesional, viene todo en el mismo envase. Cuando tengo trabajo tengo ganas de hacer más cosas. Esto que estoy pasando es por lo que tanto luché, porque siempre me costó conseguir un buen laburo. Por mi estatura terminé quinto año de la secundaria y buscaba trabajo por todos lados, no conseguía nada. Hasta que apareció la propuesta de acceder a la televisión, y acepté con el motivo de tener con que subsistir. Hoy lo pienso y digo Gracias a Dios que Showmatch me abrió las puertas para todo, absolutamente.

- ¿Cuánto te costo aprender a bailar?

- Empecé sin saber nada de baile, ni experiencia tenía para una cámara. Me fue bastante difícil, hubo muchas horas de ensayo que la gente no conoce. Quizás, alguien puede pensar que es muy simple hacer una rutina en la tele, pero en realidad, el reto fue enorme. Todas las cosas que hice en Bailando me costaron un gran trabajo físico y mental.

- ¿Cómo sincronizabas con Hernán Piquín?

- Es un gran maestro para mí, al igual que Chipi (la coach). Desde el principio encontré una química bárbara con los dos. Me fusioné muy bien para bailar, con la triple responsabilidad de tener al lado a un bailarín con letras mayúsculas. En el fondo no quería deslucirlo y que saliera algo feo en la pista. Finalmente terminamos siendo un equipo genial. Aparte yo no tenía ninguna escuela de baile encima, simplemente me gusta bailar, lo hago con todo el amor del mundo y me corre por las venas. Creo que se trató de eso, cuando hago las cosas con amor no hay forma de que salgan mal.

- Lo que lograste conseguir ¿te ayudó a superar tu limitación?

- Participar en el Bailando me levantó mucho el autoestima y lo pude transmitir. A mucha gente le hizo bien verme, por día estoy recibiendo cientos de mensajes, saludos y felicitaciones de todos lados del país. Pienso que la lección tuvo su efecto, de no dejarse vencer y mentalizarse que los sueños pueden realizarse. Cueste lo que cueste, siempre se puede.

- ¿Qué impacto tuvo?

- Esto fue sin duda, un cachetazo contra la discriminación. Para muchos les hará bajar un cambio y que tratemos de ponernos más en el lugar del otro. Ojalá no sea un boom que dure poco tiempo, sino que la sociedad lo incorpore y aprende de verdad. El hecho que haya alegrado a las gemelas Valentina y Maite al verme bailar (ambas padecen Acondroplasia o enanismo), sólo eso me pone muy satisfecha. Sin darme cuenta generé algo que hace feliz a mucha gente. - ¿Sufriste algún menosprecio durante todo el certamen?

- Se muy bien que Showmatch es un juego, un show. Como vine de otro palo, no podía entender las cosas que se decían o el papel que hacía cada uno. Pasó el tiempo y me adapté, pude comprender como es el espectáculo. Ahora toda la gente del programa es como mi nueva familia. Fuera de las cámaras jamás me sentí incomoda. Ninguno de mis compañeros me trató mal. Valoro y rescato mucho eso. También tiene que ver cómo me comporto con los demás. Y nunca le falté el respeto a nadie, eso me deja muy tranquila.

- ¿Te preocupa competir con vedettes para ser la chica del verano de Carlos Paz?

- No, me tiene sin cuidado. Yo disfruto mucho de la vida, siempre fui una mina feliz que vive a pleno cada momento. Mucho antes de Showmatch y después, yo sigo siendo la misma, el éxito o la fama no me hace nada. Es verdad que estoy más expuesta, ahí está la diferencia y muchos pueden saber quién soy, pero nada más de lo normal. Yo mantengo la misma esencia. En realidad apuesto más a Stravaganza con Flavio Mendoza, que estamos teniendo la sala llena todas las funciones. El estreno que hicimos se agotó todo, es un lindo espectáculo que la gente no debe perderse. Pero el año que viene vuelvo con Hernán a Bailando para defender el título, así que imaginate lo que pueda pasar.

- ¿Qué Noelia mirás a través de la pantalla?


- Cuando me miro en la tele me da rabia, porque grito mucho (risas) y soy medio tormentosa, me pongo como una nena y me sobresalto. A veces siento que salgo más gorda, pero cuando me para el público por la calle me dice que soy más linda en persona. Además, me fijo muy bien en las cosas que digo, porque largo cada disparate que me río de mi misma. Pero me digo todos los días, que siga soñando, es lo que me mantiene viva. Como buena cristiana, soy una mina que anda en las nubes. La vida es un sueño y básicamente lo vivo así.