A poco más de un año de su última visita a San Juan -en enero de 2010 estuvo en la Fiesta de Albardón y poco antes en Santa Lucía-, Alejandro Lerner regresa a San Juan. Y como entonces, lo hará en familia, acompañado por su mujer Marcela (que canta con él) y la primera hijita de la pareja, Luna, de un año y cuatro meses. Sus dos mujeres, sus amores -subrayará casi como una muletilla-, que se han convertido en compañeras inseparables del cantautor, quien esta vez -y muy a tono con su presente- será parte de la Fiesta de los Enamorados que tendrá lugar en Barreal, el fin de semana próximo. Una celebración que, valga la redundancia, él también celebra.

"Fiesta de los Enamorados. Ni más ni menos, qué bueno y primero que nada voy como papá, así que más enamorado que nunca. Luna ha redondeado un proyecto de vida, ha redondeado una ilusión... y llevarla a todas las giras y compartir la vida con ella diariamente es también una celebración... además no nos queremos separar ni un minuto", contó -tan sensible y conmovido como en la última charla- en diálogo con DIARIO DE CUYO.

- ¿Seguís enamoradísimo de Luna?

- Muy, muy enamoradísimo y muy feliz, realmente.

- El amor y la paternidad llegaron cuando tu carrera ya estaba consolidada ¿Lo planeaste así?

- No, la vida se va dibujando. Algunas cosas planeás, otras te sorprenden. Algunas salen, otras parecen accidente. Por más que uno diseñe hay cosas del destino que sobrepasaron mis sueños iniciales... Fijate que hoy miro para atrás y veo tantas cosas que he vivido que son increíbles.

- ¿Pero sentís que te agarró mejor parado? Tu carrera ya está encaminada.

- No sé, es lo que me tocó. Sí sé que hoy en día tengo la madurez , el tiempo y la energía disponibles para gozar de eso sin tener que distraerme con otras cosas o desafíos. Hoy mi desafío es hacer lo que me gusta, hacerlo en libertad y con las condiciones que uno quiere después de tantos años.

- Bueno, en cierto modo fue el momento ideal.

- Fue cuando Dios dijo "mirá flaco, es ahora, ya jodiste todo lo que podías, y te voy a dar un regalito que no se puede comparar con ninguna otra cosa en el mundo".

- ¿Cuánto cambió tus prioridades tu hija?

- El 200% (risas) Los proyectos me enamoran, pero me enamora también volver a casa. El día a día se celebra y eso es como una filosofía, una mirada de amor, una sonrisa, ver que tu hija está aprendiendo a caminar, estar con mi compañera, con mi madre, con mi hermana, con mis amigos, son éxitos diarios que también hay que celebrar, no esperar sólo los grandes éxitos.

- ¿Compartir vida y obra con la familia es bueno o complica las cosas?

- Para mí es bueno, porque está todo junto. Estás trabajando, haciendo lo que te gusta y cuando mirás a un costadito está tu mujer cantando tus canciones y sabés que todo va a ser luminoso. Aparte hoy en día, lo más importante es con quién uno decide compartir la vida. Uno hace elecciones diariamente y ahí es cuando veo que no quiero perder el tiempo, que quiero estar con la gente que amo, la que me cuida, la que me quiere.

- ¿Menguaste tu ritmo de trabajo para pasar más tiempo con los tuyos?

- No. Lo que sí hago es tomar decisiones de cuándo quiero estar en Estados Unidos dedicado a la composición o a la producción. Ahora, por ejemplo, tengo que viajar porque estoy preparando el disco nuevo, que saldrá a mediados de año supongo.

- ¿Y sigue la misma línea del anterior?

- No, ya no estoy Enojado para nada (NdeR: título de su disco anterior), estoy contento y los temas lo traducen. Es un homenaje a las radios, que fueron las primeras que difundían nuestra música. Y termina con una canción que se llama Luna.

- A la vista está que la paternidad te atravesó. ¿El público acompaña este proceso, que también se refleja en tu producción?

- Sí, la gente que me vale la pena es con la que comparto todo. Y un tema tan profundo como la paternidad no puede ser algo que uno saltea para hablar de trabajo. La gente, la que conozco y la que no, comparte lo que soy y lo que hago y también ha sido parte de esta felicidad.

- Pese a que tu vida privada no es tema de exposición.

- Que la gente quiera saber es normal en cuanto a que soy una figura pública, pero la verdad es que nunca sentí ni que los medios ni que la gente transgredieran eso agresivamente ¿viste?

- Y desde los ojos del Lerner papá ¿Qué mundo te gustaría para Luna? ¿Te gusta esta Argentina?

- Mirá, creo que además del mundo externo, todos tenemos un mundo interior, un mundo espiritual con el que también alimentás a tus seres queridos. Si sólo ves el mundo desde el canal Crónica te querés matar. Y a mí a veces me gusta cambiar de canal, me gusta ver ese mundo más saludable, que me da un poco más de aire. Ver que hay cosas buenas y que están al mismo alcance de la mano que las malas ¿no?

- Sos un romántico empedernido.

- Sí, y soy optimista, porque también está la voluntad de querer cambiar. El pesimista le echa la culpa a los demás y no se hace responsable de nada. Primero hay que trabajar el mundo de adentro y, si lo hacés, el de afuera va a ser coherente con eso.