España, 9 de diciembre.- Los hechos ocurrieron el pasado 3 de noviembre cuando Federico Frangi, que iba con un amigo, no se detuvo con su bicicleta ante un semáforo en rojo ubicado en una céntrica calle de la ciudad española.

Según la versión del infractor, él iba con la bicicleta entre las piernas, sin pedalear y sólo cruzó al comprobar que no venía ningún vehículo.

Agentes que iban en un coche patrulla le realizaron una prueba de alcoholemia, que dio positiva, y lo multaron con 200 euros (unos 267 dólares) por no respetar la señal de tránsito y con otros 500 euros (669 dólares) por circular bajo los efectos del alcohol.

Además, le quitaron cuatro puntos del carné de conducir a pesar de que Frangi no tiene ese documento.

"No me salté el rojo porque no estaba sobre la bicicleta", insistió el ciclista. "Tan sólo había bebido dos cervezas, pero como soy asmático acababa de utilizar un inhalador", se justificó. A su juicio, eso alteró el resultado de la prueba.

El argentino, que lleva siete años viviendo en Barcelona, aseguró que los agentes le realizaron la prueba en varias ocasiones y en cada una de ellas los resultados fueron diferentes (entre 0,50 y 0,54, el doble de lo permitido).

"No estaba ebrio ni mucho menos y ellos se mostraron muy agresivos", denunció el ciclista. Aunque ya abonó 350 euros de multa -la mitad por pronto pago-, derivó el caso a una asociación de defensa de los derechos de los ciclistas, no sólo para que se aclare el asunto de la retirada de los puntos, sino también para recurrir las causas de la sanción.

El Ayuntamiento de Barcelona explicó que la propuesta de sanción para la pérdida de los cuatro puntos se debió a un error informático a la hora de tramitar la multa.