Este lunes comenzó con las primeras respuestas del Gobierno de Lula Da Silva a los manifestantes que irrumpieron en el Congreso, Palacio de Gobierno y en el edificio de la Corte Suprema para pedir por un golpe de estado que quite del poder al flamante presidente, quien lleva apenas una semana en su cargo.

En ese marco, el Tribunal Supremo de Brasil ordenó al Ejército que desmantele todos los “campamentos bolsonaristas” que se han levantado desde octubre hasta la fecha en diferentes puntos del territorio brasileño. Además, Alexandre de Moraes pidió que la policía arreste a “todos los manifestantes que aún quedan en las calles”.

Así, el magistrado expresó que “nada justifica la existencia de campamentos de terroristas, financiados con la complacencia de autoridades civiles y militares de forma totalmente subversiva y sin respeto alguno hacia la Constitución”.

Por su parte, amenazó con llevar a los comandantes y altos cargos de las Fuerzas Armadas, Policía y del Ministerio de Defensa si se mantienen estos campamentos en un plazo de “24 horas”.

Según informó la cadena O Globo, cerca de 1.200 personas fueron arrestadas por el Ejército que empezó a desalojar los campamentos que se encontraban en diferentes partes de Brasil. Ahora, los “golpistas” están siendo llevados a la sede de la Policía Federal en, por lo menos, 40 ómnibus.

Mientras tanto, empezaron a circular imágenes de diferentes puntos de Brasil donde los seguidores de Jair Bolsonaro están realizando cortes en las calles como en rutas, manifestándose reclamando ante un supuesto fraude de Lula Da Silva y pidiendo un “golpe de estado”.