Nota de TN

Tres argentinos que se hospedaban en el edificio que se derrumbó en Miami Beach permanecen desaparecidos y las autoridades confirmaron que los buscan entre los escombros. Se trata de Andres Galfrascoli (45), su pareja Fabián Nuñez (55) y Sofía Nuñez Galfrascoli, de 6 años, que habían ido a pasar unos días a Florida para descansar y vacunarse contra el coronavirus.

A la familia se le suma también otra persona adulta que no fue identificada todavía. La información fue confirmada a TN por el dueño del departamento que le alquiló la propiedad.

Hasta el momento, las autoridades locales confirmaron a los medios que hay al menos un muerto y fueron rescatadas 40 personas. “Tres argentinos que están desaparecidos son mis amigos, se estaban quedando en mi casa pero tuvieron la mala suerte de que quisieron quedarse en la playa y por eso estaban en el departamento”, contó Rodrigo, dueño de dos departamentos en el edificio y amigo de la familia.

Según contó, viajan todos los años para visitarlos y en esta ocasión aprovecharon para aplicarse la vacuna contra el COVID-19. “Tenían el pasaje sacado desde hace un año y medio”, agregó el hombre.

El edificio de 12 pisos sufrió un derrumbe parcial. Está ubicado cerca de la playa de esta ciudad del estado de Florida y fue construido en 1981. El incidente ocurrió cerca de la 01:30 de la madrugada entre las calles 88 y Collins Avenue y, por el momento, se ignoran los detalles sobre las causas. Según el canal local WPLG, todavía hay personas atrapadas en los escombros y los bomberos rescatan a vecinos por los balcones.

En este momento había algunos departamentos de tres ambientes a la venta con precios de entre 600.000 dólares y 700.000 dólares, según la policía. Fotos y videos del lugar muestran que colapsó la mitad de la torre. “Se sintió como un terremoto”, contó un testigo a TN.

Según contó Rodrigo, al cumplirse 40 años desde la construcción de los edificios en el país, se someten a una revisión técnica que les permite “certificarse” en un lapso de tres o cuatro años, y es estricta. En este caso, habían comenzado con algunas reparaciones y el proceso para esta revisión. “La ciudad es rígida en esto”, aclaró.

El complejo contaba con una pileta, un centro de fitness, un sauna, un lavadero y un clubroom, entre otras comodidades. Tampoco se sabe con exactitud cuántos departamentos estaban ocupados ni cuántas personas había dentro cuando colapsó una parte completa de la estructura, ya que muchos vecinos no viven allí de manera permanente. La nube de polvo se extendió por todo el barrio, y cubrió los autos en la calle incluso a dos cuadras de distancia.