Argentina no podría pasar por una situación similar a la que afecta a las centrales nucleares de Japón "porque se usa diferente tecnología y además no estamos en zona sísmica", afirmó el gerente de Relaciones Institucionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Gabriel Barceló.

El especialista descartó por estas razones que en las plantas argentinas de Atucha I (Zárate) y Embalse (Río Tercero) pueda darse la situación que se está registrando en la planta japonesa de Fukushima, con problemas para refrigerar los reactores tras el sismo de 9 grados Richter del viernes pasado.

"Lo que sucedió en el reactor donde se produjo la explosión el sábado es que debido al tsunami generado después del sismo se inundaron los motores de seguridad que permiten generar electricidad alternativa para refrigerar el núcleo del reactor", dijo Barceló.

El integrante de la CNEA subrayó que "ésto no implica que haya explotado el reactor sino partes de las zonas de contención, pero en principio hay que aclarar que los sistemas de seguridad funcionaron en todas las plantas japonesas".

Cada reactor de una planta nuclear "posee un núcleo que, simplificando muchísimo la explicación, contiene un conjunto de barras de uranio entre las cuales pasa el agua que refrigera y se lleva el calor", señaló.

"Lo que puede suceder si esta refrigeración no es la adecuada -dijo- es que estas barras se fundan entre sí, liberando gases radioactivos que serían nocivos siempre y cuando salgan del recipiente del reactor".

Barceló precisó que ésto implicaría una "explosión química" y no una "explosión nuclear" y que, además, "nada de esto sucedió todavía en Fukushima, donde se encuentran trabajando para intentar garantizar la refrigeración por medios alternativos, como por ejemplo, llevando agua de mar porque la que tenían se evaporó por el gran calor".

"No existe ninguna posibilidad de que suceda lo que pasó en Chernobyl en 1986, por varias razones. Las principales son que la tecnología del reactor es diferente y que en la planta ucraniana hubo un error humano que ocasionó un problema en el reactor, mientras que acá el factor fue externo", diferenció.

Según Barceló, el tercer motivo por el cual las consecuencias de la explosión en Chernobyl no pueden suceder en Fukushima es porque "los japoneses están actuando con un nivel de responsabilidad muy alto: de hecho, ya efectuaron la evacuación de la zona por prevención y están brindando información constantemente sobre lo que sucede".

Sobre el debate abierto acerca de si es conveniente instalar este tipo de plantas en zonas sísmicas, el miembro de la CNEA sostuvo que "si se toman las medidas de ingeniería adecuada no tendría que haber problemas".

Consultado sobre si la situación en la planta Fukushima puede ocasionar un retroceso en el desarrollo mundial de energía nuclear, Barceló respondió "ojalá que no" y explicó las beneficios de este tipo de energía.

"El mayor problema ambiental de nuestros tiempos -dijo- es el calentamiento global producido por el efecto invernadero, cuya causa más importante es la emisión de gases por la quema de petróleo, carbón sus derivados para la obtención de energía".

Esto "conlleva a la necesidad de reemplazar la energía de fuentes fósiles y la única fuente que puede reemplazar en tiempo y forma es la energía nuclear, que además es completamente segura y no depende de factores naturales, sostuvo Barceló.

El especialista se mostró partidario de buscar fuentes alternativas, pero aclaró que "la energía nuclear genera un volumen que no producen otras".