La gente en todo el mundo se reunió para recordar a aquellos que perdieron en 2014 y para ofrecer bendiciones para el Año Nuevo. Pero como siempre, el punto en común de las grandes celebraciones en plazas públicas fueron los juegos artificiales, toneladas de ellos.

En Dubái, la pirotecnia adornó el edificio más grande del mundo, el Burj Jalifa, de 829 metros (2.722 pies) de altura, que brilló con luces coloridas e imágenes de los líderes del país gracias a una fachada iluminada por miles de LEDs.

La famosa Casa de la Ópera de Sídney sirvió como un espectacular telón de fondo para una celebración repleta de pirotecnia.

En Nueva York, Times Square se llenaba de gente que acudía con horas de anticipación para observar el tradicional descenso de la esfera.