Palestinos huían ayer de sus casas con sus hijos y pertenencias en la mayor ciudad de la Franja de Gaza luego de que Israel lanzara ataques de artillería y bombas que, según dijo, buscaban destruir una red de túneles usada por grupos armados antes de una posible invasión por tierra.

En el quinto día de hostilidades entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas, que dejaron más de 130 muertos, la violencia de extendió ayer a los territorios palestinos de Cisjordania, donde diez palestinos fueron muertos a tiros por soldados israelíes en las mayores protestas en la región desde 2017 y en un intento de apuñalamiento de un soldado.

Pobladores palestinos que viven en las afueras de Ciudad de Gaza, cerca de la frontera norte con Israel, huyeron ayer de los intensos bombardeos con artillería. Miles de civiles, incluyendo familias enteras, llegaron a 16 escuelas administradas por la ONU en camionetas, sobre burros, en carros o a pie, sosteniendo almohadas, sartenes, frazadas y pan, informó la agencia palestina de noticias Ma"an.

Viajan en medio de un cementerio de escombros y zigzagueando con sus hijos en los brazos para eludir el impacto de las bombas.

Tres cohetes fueron lanzados desde Siria hacia Israel ayer, informó anoche el ejército israelí.

Con 160 aviones, fuerzas terrestres, artillería y tropas blindadas, Israel llevó a cabo 50 rondas de bombardeos en menos de una hora.

Pero muchos no tienen la suerte de huir a tiempo. En el norte de la franja costera, un hombre, su mujer embarazada y sus cuatro hijos, el mayor de ellos de siete años, murieron la noche del jueves luego de que bombas lanzadas por un avión israelí destruyeran sus casa de cuatro pisos, dijeron residentes.

Cuatro bombas alcanzaron el edificio de Ciudad de Gaza a las 11 de la noche, justo cuando se iba a dormir, dijo Fadi Tanani, hermano del dueño de la casa. "Fue una masacre. Mis sentimientos son indescriptibles", dijo Sadallah Tanani, otro pariente, a Ma"an.

Israel capturó Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén este en una guerra contra países árabes en 1967. Aunque se fue de Gaza en 2005, todavía la ocupa técnicamente, ya que controla sus fronteras, sus aguas territoriales y su espacio aéreo. Los palestinos quieren fundar un Estado propio en todos esos territorios y la convivencia se torna imposible. Por ende, la paz parece una utopía.

Hamas, que esta semana llamó a iniciar otra Intifada o levantamiento popular contra Israel como las de 2000 y 1987, elogió las protestas en Cisjordania, que abarcaron al menos nueve ciudades y dejaron más de 150 palestinos heridos, dijo el Ministerio de Salud palestino.

Israel ya concentró tropas a lo largo de la frontera con la Franja de Gaza y llamó a 9.000 soldados de la reserva, ante un agravamiento de las hostilidades con los movimientos islamistas palestinos Hamas y Yihad Islámica iniciadas el lunes pasado luego de un ola de violencia en lugares sagrados islámicos y judíos de Jerusalén.

Hamas, que gobierna en Gaza, y Yihad Islámica lanzaron más de 2.000 cohetes contra territorio israelí desde el lunes pasado e Israel respondió con cientos de ataques aéreos que provocaron el colapso de tres grandes edificios de departamentos y con bombardeos de tanques estacionados en la frontera con Gaza.

El Ministerio de Salud de Gaza elevó ayer a 122 la cifra de palestinos muertos desde el lunes por los bombardeos israelíes, entre ellos 31 chicos y 20 mujeres, y a 900 la de heridos. Nueve israelíes murieron hasta ahora.

Las hostilidades son las más graves desde una gran ofensiva israelí contra Hamas en Gaza en 2014. Israel llevó a cabo otras dos ofensivas desde que el movimiento islamista tomó el control de esa región con costa al mar Mediterráneo donde viven 2 millones de personas.

Drones que sobrevuelan en Gaza como mosquitos


"Estoy sentado aquí solo por temor a que los aviones de combate israelíes puedan bombardear el edificio", dice a Efe Shadi Abu Hassan, desde la entrada en su portal en Gaza. "No es porque haya milicianos o cohetes en el edificio, sino por lo que vemos en la televisión, decenas de inmuebles, rascacielos y oficinas derribadas sin previo aviso", declaró sobre el mecanismo que utiliza Israel de advertir con antelación para que los habitantes abandonen antes de bombardear.

En Gaza, el zumbido de los drones israelíes sobrevuela las cabezas de sus habitantes como mosquitos, mientras el estruendo de los aviones de combate y el silbido de los cohetes se mezclan con el ruido de las bombas que siguen a los ataques aéreos israelíes.

Samil al Minawi, taxista de 32 años, aparcó su Mitsubishi blanco a 200 metros del edificio donde vive consciente de que no está a salvo: "No es seguro en absoluto en Gaza y las bombas podrían caer

sobre nuestras cabezas en cualquier momento". "Incluso cuando conduzco y me detengo en un cruce, nunca puedo asegurar si el coche que se detiene cerca es un objetivo de las bombas israelíes", confesó con temor.