Viena, 16 de marzo.- Los núcleos de tres reactores de la central nuclear están afectados, según confirmó el organismo dependiente de las Naciones Unidas. Su titular decidió trasladarse al país, afectado por el terremoto y el tsunami, para gestionar la crisis y conseguir una descripción de lo sucedido más fiable de lo informado hasta el momento. Amani se había quejado el martes por la falta de comunicación por parte de las autoridades japonesas.

Según el jefe de la Comisión Reguladora Nuclear estadounidense (NRC), Gregory Jaczko, la piscina de almacenamiento de combustible usado del reactor 4 no tiene más agua, lo que genera niveles de radiación "extremadamente altos". "Además de los tres reactores que estaban operando al momento del incidente, ahora mismo también hay un cuarto reactor que genera preocupación. Este reactor estaba cerrado al momento del terremoto", dijo Jaczko.

"Lo que creemos actualmente es que hubo una explosión de hidrógeno en esta unidad debido a que quedó descubierto el combustible de la piscina de combustible usado", agregó, subrayando que la explosión ocurrió hace varios días pero sus efectos seguían preocupando.

"Creemos que la contención secundaria quedó destruida y que no hay agua en la piscina de combustible usado, y creemos que los niveles de radiación son extremadamente altos, lo que podría afectar la capacidad de tomar medidas correctivas", explicó.

Si bien tres reactores son los que estarían sufriendo una fusión parcial, en cuatro de los seis que existen en Fukushima se registran problemas. Acorde a lo que publicó El País, el número 3 es el que mejor ejemplifica la situación: su núcleo se fundió al menos parcialmente y los sistemas de refrigeración no funcionan, situación que también se da en otros los reactores 1 y 2.

Se cree que hay daños en la estructura de contención, sospecha que se extiende al número 2; el edificio está seriamente dañado, como el del reactor 1; y la piscina que almacena el combustible gastado -altamente radiactivo- bajó su nivel de agua y preocupa a la agencia nuclear japonesa (NISA), cuya inquietud se extiende por el mismo motivo al reactor 4.

La empresa Tepco, que gestiona la central, decidió elevar de cincuenta a 180 el número de trabajadores en el interior del edificio que podría colapsar por la radiación. Un grupo de ingenieros, técnicos, bomberos, soldados y policías trabajan intensamente, más allá de los riesgos para su salud, para evitar una tragedia.

Ante una inminente fuga radiactiva, el Pentágono prohibió a su personal acercarse a menos de 80 kilómetros de la planta atómica sin una autorización especial. Los soldados que continúen participando de las labores de reconstrucción, ingerirán tabletas de yoduro de potasio como medida preventiva.

Mientras que la Comisión Europea recomendó a sus miembros controlar el nivel de radiactividad de los alimentos importados desde Japón, indicó el miércoles un portavoz.