Los habitantes de Tokio se lanzaron ayer a los supermercados para aprovisionarse de agua mineral, alimentos y productos de primera necesidad, ante el temor de un eventual desabastecimiento

Todos los negocios de Tokio amanecieron abiertos al día siguiente del sismo que sacudió a Japón, prolijos y sin rastros del desastre. En esta calma aparente, sin embargo, los residentes colmaron los supermercados y salen con carritos llenos de productos.

En la mayoría de los barrios, las numerosas góndolas lucían vacías, en especial las que presentan las botellas de agua mineral, una escena rara en los supermercados japoneses, donde las estanterías son constantemente provistas de nuevos productos. Además de agua, faltaba papel higiénico, arroz, salsa de soja y galletitas.