Un grupo inusualmente numeroso de unos 6.000 marroquíes, muchos de ellos menores de edad o familias, entraron ilegalmente en el enclave norteafricano de Ceuta el lunes, dijo un portavoz de la delegación del Gobierno español en ese país.

Una persona murió en el intento, señaló el portavoz.

Multitud de personas, en su mayoría jóvenes, nadaron hasta la playa, algunos corriendo o mostrando los pulgares hacia arriba, según mostraron las imágenes del periódico local Faro, en una acción que comenzó durante la noche y se intensificó durante el día.

Los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, en la costa norte de Marruecos, han sido durante mucho tiempo un imán para los inmigrantes africanos que tratan de llegar a Europa en busca de una vida mejor.

Sin embargo, el elevado número del lunes -que incluía a unos 1.500 menores, dijo el portavoz- fue seguido rápidamente por el anuncio de las autoridades españolas de que aumentarían su dispositivo de seguridad en la zona.

España va a actuar “con la cabeza fría”, dijo la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en una entrevista a la radio Cadena SER, añadiendo que las autoridades ya habían empezado a enviar a los recién llegados de vuelta a Marruecos.

Las autoridades españolas y marroquíes mantuvieron contactos por la tarde sobre lo que estaba ocurriendo en Ceuta, afirmó.

La llegada de los inmigrantes se produjo en un momento de mayor tensión entre España y Marruecos por Brahim Ghali, líder del Frente Polisario respaldado por Argelia, que se encuentra hospitalizado en España.

El mes pasado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos emitió una declaración enérgica en la que deploraba lo que consideraba una decisión de España de admitir a Ghali con una identidad falsa sin informar a Marruecos, y afirmaba que la decisión de España tendría repercusiones en sus relaciones.

Estados Unidos reconoció en diciembre la soberanía marroquí sobre el territorio del Sáhara Occidental, que también es reclamado como Estado independiente por el Frente Polisario.

Ghali fue recibido en España por razones humanitarias, dijo González Laya a la radio Cadena SER, añadiendo que creía que la afluencia de inmigrantes no era una represalia por el destino del líder del Frente Polisario, insistiendo que la llegada de los inmigrantes “no es fruto de un desencuentro”.

“(España) ha sido muy clara y detallada de lo específico. Se trata de una cuestión humanitaria, a una petición de ayuda humanitaria de una persona con situación sanitaria muy frágil”, aseguró.

La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, pidió este martes a Marruecos que “siga comprometido” en la lucha contra la inmigración irregular, tras la entrada “sin precedentes” a Ceuta de más de 6.000 migrantes.

“Es importante que Marruecos siga comprometido para evitar salidas de inmigrantes irregulares”, dijo Johansson, que calificó de “preocupante” que “al menos 6.000 personas, muchos niños, hayan ido nadando a Ceuta, poniendo en peligro sus vidas” y una persona haya muerto.

“Las fronteras de España son fronteras europeas”, subrayó la comisaria, que hizo hincapié en que la Unión Europea “quiere una relación con Marruecos basada en la confianza”.

(Con información de Reuters y EFE)