Estados Unidos lanzó hoy un ataque con dron contra el grupo yihadista Estado Islámico en Afganistán, al tiempo que encara la recta final de la evacuación en el aeropuerto de Kabul bajo amenaza de nuevos atentados.

"El ataque aéreo no tripulado se produjo en la provincia afgana de Nangahar. Los primeros indicios apuntan a que hemos matado al objetivo", dijo Bill Urban, capitán del Comando Central, indicando no tener constancia de "ninguna víctima civil".

En este sentido, se convierte en el primer lanzamiento desde fuera del país por parte del ejército estadounidense tras el atentado suicida del jueves pasado en el aeropuerto de la capital, Kabul.

Según informaron altos funcionarios de salud de la anterior administración afgana, la cifra de muertos es superior a 100 personas, entre ellas 13 soldados norteamericanos. En tanto algunos medios hablan de más de 170 fallecidos.

El presidente de EEUU, Joe Biden, dijo ante la operación castigo reivindicado por el Estado Islámico del Khorasan (EI-K), la rama de este grupo en Pakistán y Afganistán, que se prometerían represalias: "Los perseguiremos y los haremos pagar".

John Kirby, portavoz del departamento de Defensa estadounidense, advirtió el viernes que el riesgo de atentados persiste: "Todavía creemos que hay amenazas específicas y creíbles".

En tanto la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, indicó que otro ataque era "probable" y que los próximos días serán "el periodo más peligroso hasta la fecha".

Ayer, como víspera del atentado, la embajada de EEUU en Kabul urgió a sus ciudadanos a abandonar "inmediatamente" las inmediaciones del aeródromo. "Debido a amenazas a la seguridad del aeropuerto de Kabul, continuamos aconsejando a los ciudadanos estadounidenses que eviten acudir al aeropuerto y eviten las puertas de aeropuerto", dijo la embajada.

Por el momento, el próximo 31 de agosto está previsto como fecha límite para culminar la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán tras 20 años de guerra, lo que marcará también el fin de las evacuaciones.

Los talibanes, a través de su portavoz Bilal Karimi, reivindicaron estar en control de "tres importantes sitios de la parte militar del aeropuerto" de Kabul. Poco después, el portavoz del Pentágono, John Kirby, negaba que los talibanes estuvieran "a cargo de ninguna de las puertas" ni "ninguna de las operaciones del aeropuerto".

En la actualidad, unas 5.400 personas esperan subirse a un avión, según dijo el general estadounidense Hank Taylor, precisando que las evacuaciones se mantendrán "hasta el último momento".

Mientras que más de 109.000 personas fueron evacuadas desde el 14 de agosto, el día antes de la entrada de los talibanes, la OTAN y la Unión Europea pidieron seguir con los rescates pese al atentado.