Francisco se manifestó hoy "espantado" ante el ataque químico presuntamente cometido por el régimen sirio en una localidad rebelde del norte del país -que dejó cerca de 100 muertos y 400 heridos- e hizo un enésimo llamado a la comunidad internacional para que se detenga la "tragedia " que sacude ese país, castigado por una guerra civil que ya cumplió 6 años.


"Asistimos espantados a los últimos eventos en Siria . Expreso mi firme deploración por la inaceptable masacre ocurrida ayer en la provincia de Idlib, donde han sido matadas decenas de personas inermes, entre las cuales había muchos niños", dijo, con rostro sombrío, al término de la audiencia general de los miércoles.

"Rezo por las víctimas y por sus familiares y hago un llamado a la conciencia de todos los que tienen responsabilidades políticas, a nivel local e internacional, para que se detenga esta tragedia y se lleve consuelo a esa querida población desde hace demasiado tiempo exhausta por la guerra", pidió. "Aliento, además, a los esfuerzos de quien, aún en la inseguridad y el malestar, se esfuerza de hacer llegar ayuda a los habitantes de esa región", agregó

Antes, también expresó su dolor por el "grave" atentado ocurrido el lunes en el metro de San Petersburgo, "que provocó víctimas y desorientación en la población". "Mientras encomiendo a Dios los que han trágicamente fallecido, expreso mi cercanía espiritual a sus familiares y a todos los que sufren a causa de este dramático evento", indicó.

Antes de la audiencia general, que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro ante miles de fieles, el Papa recibió en un salón del Aula Pablo IV a una delegación de líderes musulmanes del Reino Unido. Ante ellos, destacó la importancia de saber escucharse. "Me gusta pensar que el trabajo más importante que debemos hacer hoy entre nosotros, en la humanidad, es el trabajo 'de la oreja': escucharnos. Escucharnos sin apuro en dar la respuesta", dijo, en un encuentro más que significativo, que precede su viaje a Egipto, el 28 y 29 de abril próximo, en el que se reunirá con las máximas autoridades del Islam sunita en la Universidad de Al Azhar. "Entre hermanos, todos nosotros debemos hablar, escucharnos, hablar despacio, tranquilos, buscar juntos el camino. Y cuando nos escuchamos y hablamos, ya estamos en el camino", agregó, agradeciendo luego a los líderes musulmanes presentes su visita al Vaticano .


En la catequesis, que pronunció luego ante miles de files de todo el mundo en la Plaza San Pedro, en un día soleado de primavera, el Papa habló sobre la esperanza cristiana. "El apóstol Pedro nos invita a dar razones de la esperanza que habita en nuestros corazones. Esta esperanza no es un concepto ni un sentimiento, sino una persona, Jesús resucitado, que, desde nuestro bautismo, vive en nosotros, renueva nuestra vida y nos colma con su amor y con la plenitud del Espíritu Santo", dijo. "Este tesoro no podemos ocultarlo, tenemos que compartirlo y darlo a conocer con el testimonio de nuestra vida. Es necesario que la esperanza tome la forma de dulzura y de bondad para con el prójimo, y también de perdón para los que nos han hecho daño, convencidos de que el mal solamente se vence con la humildad y la misericordia", agregó.

"Una persona que no tiene esperanza no logra perdonar", explicó. Y dio un ejemplo: "Los mafiosos piensan que el mal se vence con el mal, con la venganza; no conocen la humildad, la misericordia y la mansedumbre, porque los mafiosos no tienen esperanza".