En Alemania se niegan a regresar a un confinamiento estricto. Pero, en caso de que los casos por Covid-19 aumenten en la nueva temporada otoño-invierno, el científico Christian Drosten, director de Virología del Hospital Charité, de Berlín, plantea estrategias para que el país pueda evitar un nuevo confinamiento.

La propuesta de Drosten, el experto más consultado por la canciller alemana, Angela Merkel, se dirige a una situación de emergencia, y no a cambiar la actual estrategia. 

Seguimiento de contactos estrechos

Para el seguimiento de la huella de los contagios, Drosten propone focalizarse en las fuentes de contagio grupales o clústeres sociales, ya que éstas son para la propagación exponencial del SARS-CoV-2 mucho más decisivas que los contagios individuales.

Se llama 'situación clúster' a aquella en la cual interactúan varias personas. Ya se trate de una fiesta familiar, un evento deportivo o escolar, en esas reuniones es donde los contagios se propagan más fácilmente y donde pasan más tiempo inadvertidos.

Por eso, a una persona contagiada de coronavirus que va con síntomas al médico se le debería preguntar justamente si estuvo en una de esas situaciones grupales en las últimas semanas, dice Drosten.

Lo mejor es proporcionar al paciente una lista que contenga algunas de esas reuniones típicas del tiempo libre. La idea proviene de Japón, explica el virólogo. Allí se ha logrado mantener en jaque al virus, entre otras cosas, gracias a ese método.

Una vez detectado el grupo de contagio o clúster, esas personas deben aislarse en sus hogares. Así, el contagio quedaría limitado a determinado grupo de personas y no seguiría diseminándose.

Que todo un clúster social permanezca en casa es “una combinación de aislamiento y cuarentena” que el virólogo llama “Tiempo de extinción del clúster”, una fase que debería durar cinco días, explica Deutsche Welle.

“El período de infección empieza dos días antes de que se presenten los síntomas, y termina cuatro o cinco días después del inicio de los síntomas”, aclara Drosten.

“Es decir que, generalmente, ya pasaron cuatro o cinco días desde que el paciente sintió los primeros síntomas. En ese momento, sin embargo, ya es muy poco contagioso”, dice: “Si tenemos en cuenta los nuevos datos sobre la eliminación del virus que hace el organismo humano, un aislamiento de los miembros de un clúster durante cinco días sería suficiente”.

Se trata de un escenario ficticio en el cual los contagios se multiplican de tal forma que, tanto el tiempo para los tratamientos como los recursos sanitarios van disminuyendo. La capacidad del sistema sanitario no se limita solo a los insumos de laboratorio y de testeo.

Por eso propone cinco días de aislamiento para quienes participaron en una reunión y se contagiaron. 

Prueba, pero al final

Solo al finalizar los cinco días de extinción del coronavirus se realizaría un test. Pero al hacerlo, lo importante no es tanto verificar si hay o hubo una infección, sino si la persona todavía es o no contagiosa. 

Para aclarar eso se podrían usar las pruebas de antígeno, o hisopado, de las cuales en Alemania no hay suficientes.

Drosten es optimista respecto de que eso cambie en diciembre de 2020. Al contrario de las pruebas RCP, cuyo resultado de laboratorio tarda más tiempo, las pruebas de antígeno son mucho más rápidas, al modo de un test de embarazo. Sin embargo, son menos sensibles que el test RCP, de modo que, sobre todo en una fase temprana, el coronavirus podría detectarse únicamente con una prueba RCP.

Pero si una persona obtiene un resultado negativo de una prueba de antígeno luego de cinco días de aislamiento, ya no sería considerada contagiosa, con lo cual podría salir de su casa.

Fuente: Perfil