El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, salió ayer durante unas horas de la prisión de Curitiba, donde está preso desde abril de 2018, autorizado por la Justicia para participar del sepelio de uno de sus seis nietos, en Sao Paulo.
Una vez más, la tragedia golpeó a la familia del expresidente brasileño. Arthur Araujo Lula da Silva, de 7 años, murió el viernes pasado en un hospital de la ciudad de Santo André, en el estado de Sao Paulo, víctima de meningitis meningococica.
La muerte del nieto de Lula (encarcelado por dos condenas por corrupción y lavado de dinero), se produjo un mes después de que falleciera el hermano mayor del expresidente, de 79 años, víctima de un tipo raro de cáncer que afectó sus vasos sanguíneos.
‘Él está muy triste y dijo que nunca había esperado recibir una noticia como esta‘, aseguró la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), diputada Gleisi Hoffmann, tras reunirse con el exjefe de Estado en su celda. ‘Está bastante emocionado y lloró varias veces. Intentamos consolarle toda la tarde‘, agregó, citada por la agencia de noticias Efe.