Destierro y hambre. Miles de venezolanos de todas las clases sociales deambulan por las fronteras huyendo de la crisis humanitaria del país bajo el régimen de Nicolás Maduro.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas (Acnur) anunciaron ayer que el número de venezolanos que abandonaron su país por la crisis superó la barrera de los cuatro millones, por lo que se convirtieron en uno de los grupos de poblaciones desplazadas más grandes del mundo.

"El ritmo de salidas de Venezuela ha sido asombroso. Unos 695.000 a finales de 2015, la cantidad de refugiados y migrantes de Venezuela se disparó a más de 4 millones a mediados de 2019", señalaron la OIM y Acnur en la declaración reproducida por EFE.

En sólo siete meses, contados desde noviembre de 2018, el número de refugiados y migrantes venezolanos aumentó en un millón, según datos de las autoridades nacionales y de otras fuentes creíbles utilizados por ambos organismos de la ONU.

La gran mayoría de venezolanos se ha trasladado a otros países de la región, como Colombia que recibe a 1,3 millones de ellos, seguido de Perú, con 768.000; Chile con 288.000; Ecuador con 263.000; Argentina con 130.000; y Brasil con 168.000.

"Estas cifras son alarmantes y resaltan la necesidad urgente de apoyar a las comunidades de acogida en los países receptores", comentó el representante especial de Acnur-OIM para refugiados y migrantes venezolanos, Eduardo Stein. Stein elogió a los países de América latina y el Caribe "por estar haciendo su parte para responder a esta crisis sin precedentes", pero agregó que no pueden seguir haciéndolo solos, sin ayuda internacional. Ambos organismos están intentando prestar parte de ese apoyo mediante un plan regional lanzado el pasado diciembre y que les permitiría asistir a 2,2 millones de venezolanos en los países receptores y a 580.000 personas en comunidades de acogida en 16 países.

Paralelamente, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), advirtió que más de tres millones de niños venezolanos necesitan ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades de nutrición, salud y educación. La agencia de la ONU pidió más fondos para mantener la respuesta de emergencia en la nación caribeña, que atraviesa una crisis política sin precedentes.

Esta cifra -3,2 millones- es "una tercera parte de los niños de Venezuela", comentó la directora de Comunicación de Unicef, Paloma Escudero, que acaba de concluir un viaje de tres días a ese país. En un comunicado, la agencia expresa su preocupación por que Venezuela "haya reducido el acceso de los niños a los servicios esenciales y aumentado su vulnerabilidad, anulando varias décadas de progreso".

Según las estimaciones de la ONU, basadas en fuentes oficiales y de otro tipo, la mortalidad infantil aumentó en un 50% entre 2014 y 2017, mientras desde principio de año se registraron 190 casos de difteria y 558 casos de sarampión.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo ayer que firmará un convenio con la Cruz Roja Internacional para "acelerar" el ingreso de ayuda humanitaria al país. "Mañana 7 de junio (por ayer) se va a firmar el acuerdo, ya oficial, entre el Ministerio del Poder Popular de la Salud y la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja para que la Cruz Roja acelere e incremente todo su apoyo humanitario a Venezuela", dijo ayer Maduro en transmisión obligatoria de radio y televisión. 

El mandatario venezolano, que en abril aceptó la ayuda de la Cruz Roja al anunciar un convenio con el organismo, no ofreció más detalles sobre el acuerdo y reiteró que el país ya recibió donaciones de este organismo y de países como China o Rusia.

A la Argentina emigraron unos 130 mil, la cifra más baja de la región.