Cuatro niños de entre cuatro y siete años fueron asesinados ayer en un jardín de infantes en Blumenau, en el sur de Brasil, por un hombre que ingresó al lugar trepando un muro, los atacó con un hacha y se entregó luego a la Policía, en una masacre que llevó a que se suspendieran las clases en varias ciudades del estado de Santa Catarina.

Otros cinco niños de entre tres y siete años resultaron heridos en el ataque, perpetrado por un hombre de 25 años que invadió el jardín de infantes privado Cantinho do Bom Pastor, del barrio Velha, de Blumenau, una de las ciudades importantes de Santa Catarina, fronterizo con la provincia de Misiones, según informó la policía local a la cadena de noticias NSC.

Los heridos, ninguno en estado grave, fueron atendidos en dos hospitales de la ciudad de Blumenau, cuya intendencia decretó un luto de 30 días. Los padres de los niños sobrevivientes fueron al establecimiento a retirar a sus hijos en medio de un estado de conmoción general.

De acuerdo con el relato de las maestras, el asesino llegó en una motocicleta y se trepó por el muro del jardín de infantes portando un hacha, con la cual agredió a los chicos que estaban en el patio de juegos.

En medio de gritos, las maestras lograron rescatar a los chicos y bebés que estaban en el patio. "Lo primero que hicimos fue encerrarnos en el baño con los bebés, él no pudo seguir y se fue", dijo una de las docentes a la cadena NSC, de Santa Catarina, en llanto.

Con la masacre consumada, el hombre trepó de nuevo el muro para salir del lugar, se subió a su moto y se dirigió a la comisaría más cercana. "Vengo a informar que he cometido un crimen", les dijo a los policías de guardia del décimo batallón de Blumenau.

Blumenau es una de las ciudades más importantes del sur de Brasil, un polo de la industria textil conocido por su inmigración alemana, que organiza allí la mayor Oktoberfest, la fiesta de la cerveza, de Brasil.

Es, también, uno de los bastiones de la ultraderecha: el expresidente Jair Bolsonaro recibió en 2022 el 75% de los votos en la ciudad. El caso pone a Brasil en el mapa mundial de las masacres en escuelas.

Especialistas alertaron sobre el efecto repetición que se produce entre los homicidas con estos casos. El 27 de marzo pasado, un adolescente de 13 años mató a una profesora e hirió a otras tres y a un estudiante en una escuela secundaria de la ciudad de San Pablo.