Miles de ciudadanos afganos y diplomáticos se agolpaban en el aeropuerto de Kabul en un intento desesperado por salir de Afganistán, ante la llegada de los talibanes al poder tras una ofensiva relámpago, y mientras el vocero del movimiento islamista, Suhail Shaheen, aseguraba que los insurgentes formarían un "gobierno islámico inclusivo" con otras facciones. La victoria talibán en Afganistán, concretada sin resistencia en la capital nacional, Kabul, tras el colapso del Gobierno en menos de tres meses y la huida al extranjero del presidente Ashraf Ghani, a sólo 15 días del retiro de las tropas estadounidenses, derrotados tras 20 años de ocupación infructuosa, alertó al mundo entero. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió ayer el retiro de tropas y sostuvo que el objetivo nunca fue construir una nueva nación democrática sino "evitar un ataque terrorista" en territorio estadounidense, y prometió una respuesta "devastadora" en el caso de que los talibanes ataquen intereses de su país. "Hago un llamado a los talibanes y a todas las partes para que respeten y protejan el derecho internacional humanitario y los derechos y libertades de todas las personas", declaró el secretario de la ONU, António Guterres, ante el Consejo de Seguridad, citado por la agencia de noticias Sputnik. Asimismo, instó a las naciones a "utilizar todas las herramientas a su disposición para suprimir la amenaza terrorista global en Afganistán y garantizar que se respeten los derechos humanos básicos" y aseguró que los "próximos días serán cruciales".

Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se comunicó con Rusia y China -dos frecuentes rivales de Estados Unidos que se apresuraron a informar que trabajarían con los talibanes- para discutir sobre la situación de seguridad y los esfuerzos para evacuar a las personas a un lugar seguro. Tanto Estados Unidos como Rusia "acordaron continuar las consultas con la participación de China, Pakistán y otras naciones interesadas para establecer las condiciones adecuadas de forma de comenzar un diálogo inclusivo entre afganos", rezó un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, replicado por la agencia de noticias AFP. Además, un funcionario del Gobierno de Joe Biden comunicó el bloqueo de las reservas afganas en el país: "Cualquier activo del Banco Central que el gobierno afgano tenga en Estados Unidos no estará disponible para los talibanes", detalló. Las declaraciones de Estados Unidos y la ONU se dieron luego de que el vocero talibán, Suhail Shaheen, asegurara ayer que los rebeldes formarían un "gobierno islámico inclusivo" con otras facciones y que mantienen "negociaciones con políticos de alto nivel, incluidos líderes del Gobierno anterior". En una entrevista con la cadena de noticias BBC, agregó que aunque los talibanes persisten en la idea de hacer cumplir la ley islámica, aseguran "un entorno seguro para el regreso a la vida normal después de décadas de guerra". Muchos afganos, sin embargo, desconfían de las promesas de los talibanes y temen que el futuro Gobierno sea tan violento y opresivo como el anterior. Una señal en ese sentido es el intento de regresar el nombre del país a Emirato Islámico de Afganistán, como lo llamaron cuando gobernaron, de 1996 a 2001.

Argentinos

4 Trabajadores de Argentina están en Afganistán a la espera de poder abandonar en breve el país.