Una gran cantidad de chilenos salió ayer a votar en un plebiscito que surgió en respuesta a fuertes protestas sociales que estallaron hace un año, para decidir cambiar o no la Constitución redactada en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

El Servicio Electoral entregó los primeros resultados parciales, con un 11,28% de la votación escrutada, equivalente a 5.070 mesas. La opción "Apruebo" conseguía el 77,26% de los sufragios, mientras que el "Rechazo" al cambio de la Constitución obtenía el 22,74%.

El recuento empezó inmediatamente tras el cierre de las mesas a las 20 locales y en apenas una hora ya se constataba la ventaja del "Apruebo", frente al "Rechazo". En la céntrica plaza Italia de Santiago, cientos de personas comenzaron a concentrarse.

Más de 14,7 millones de chilenos estaban llamados a votar. Con mascarillas y la esperanza de un cambio, se observaron largas filas en los centros de votación, donde el proceso transcurrió sin incidentes y con los resguardos sanitarios para evitar contagios de coronarivus.

La tasa de participación de los chilenos era un dato clave en una cita electoral en plena pandemia, en un país donde desde 2012 el voto es voluntario. La referencia inmediata era la elección presidencial de 2017, cuando fue electo el presidente Sebastián Piñera, y votó el 49,2%.

El plebiscito de Chile ha estado marcado por la posibilidad de cambios que abre este inédito proceso electoral, decidido tras un amplio acuerdo político alcanzado en noviembre del año pasado, casi un mes después del inicio, el 18 de octubre de 2019, de las protestas sociales.

Para un amplio sector de la población de Chile, la Constitución de 1980 es la madre de las desigualdades de esa nación. Si bien la Carta Magna no establece la privatización de sectores básicos, como la salud o la educación, fomenta la participación de los privados y reduce el tamaño del Estado.