Ayer, en Wall Street, NextEra, la más grande empresa de energías renovables de EEUU, superó en capitalización de mercado a ExxonMobil, la petrolera surgida de la fusión de Exxon y Mobil, dos de las “siete hermanas” en que en el siglo pasado había sido dividida la “Standard Oil”, la empresa fundada por el legendario Nelson Rockefeller.

ExxonMobil fue durante décadas fue, por facturación y valor de mercado, la más grande empresa del mundo y en 2007 valía más de USD 500.000 millones. Pero debido a la recaída del precio del petróleo en los mercados mundiales, que llevó el precio del crudo Brent a su nivel más bajo de los últimos cuatro meses, su acción cayó el viernes 2% en la bolsa de Nueva York y su capitalización o valor de mercado cerró en USD 137.900 millones, mientras la de NextEra alcanzó los USD 138.600 millones.

ExxonMobil perdió en lo que va de 2020 más de la mitad del valor que tenía al comenzar el año y a fines de agosto fue deslistada del índice Dow Jones Industrial Average (DJIA), en la que había sido una de las “blue chips” durante 92 años.

Una granja de energía eólica

En la primera mitad del año la petrolera registró una pérdida de USD 1.700 millones, exactamente la misma cifra que describe las ganancias, en el mismo período, de NextEra. Y mientras ExxonMobil tiene 74.000 empleados y opera en todos los continentes del mundo, con excepción de la Antártida, NextEra tiene sede en Florida, no llega a 15.000 empleados y opera sólo en EEUU y Canadá.

Hace sólo cinco semanas ExxonMobil fue deslistada del DJIA, para ser reemplazada por SalesForce, una empresa de software a demanda, desarrollo de Apps y almacenamiento en la nube para pymes y medianas y grandes corporaciones fundada en 1999 por Marc Benioff, un ex ejecutivo de Oracle.

Otro signo en el mismo sentido se había registrado en junio, cuando el valor de mercado de Apple duplicó el valor de todas las empresas de petróleo y gas que cotizan en Wall Street.

Hace sólo cinco semanas ExxonMobil fue deslistada del DJIA, para ser reemplazada por SalesForce, una empresa de software a demanda, desarrollo de Apps y almacenamiento en la nube fundada en 1999 por Marc Benioff, un exejecutivo de Oracle.

El caso de NextEra es exactamente el opuesto, al punto de haber triplicado su valor en los últimos dos años. Además, en la primera mitad de 2020 firmó con las empresas de servicios a los que vende energía contratos de provisión por 14,4 Gigawatts de energía de fuentes renovables: solar y eólica (viento), también el triple que hace dos años.

Imagen aérea de una inmensa granja de energía solar.

La buena fortuna de NextEra, sin embargo, no se debe solamente a su eficacia como productor, ya que las empresas de servicio a las que les vende energía reciben subsidios y todavía generan 74% de su energía del Gas Natural y se beneficiaron con la baja de los precios de los combustibles debido al fuerte aumento y la baja de precios debido a las fuertes inversiones y la reducción de precios de empresas como ExxonMobil a partir de la revolución del fracking y la extracción de recursos “no convencionales”. El valor de mercado de NextEra fue también impulsado por los créditos fiscales a los proyectos de generación de energía eólica y solar.

En cualquier caso, el desarrollo tecnológico y las tendencias de consumo juegan a su favor. Se calcula que la energía solar, incluido el costo de las baterías para almacenarla, será tan barata como la energía generada a partir del gas dentro de unos cinco años, y que la energía eólica, incluido también el almacenamiento, será aún más barata. De hecho, NextEra anunció recientemente un programa piloto para producir hidrógeno y usarlo en reemplazo del diésel.

Los vehículos a hidrógeno, incluidos los grandes camiones son, además de los autos, una de las apuestas más fuertes de las automotrices, a pesar de los recientes problemas de Nikola, un productor de camiones que se propuso competir con Tesla, la empresa de Elon Musk, y llegó a suscribir un contrato de participación del 11% de General Motors, uno de los nombres históricos del sector automotor. Hace poco más de una semana la acción de Nikola se derrumbó a partir de un informe técnico de una consultora. Tesla, en tanto, anunció ayer viernes que en el tercer trimestre del año entregó 139.300 vehículos, 3,4% por arriba de los pronósticos. En julio, además, había anunciado ganancias por cuarto trimestre consecutivo.

Todos signos de un cambio de época en la generación de energía y en los modos de usarla.