¿Una simple lechuga puede ser un peligro? Sí. Por eso, las autoridades sanitarias de Estados Unidos y Canadá lanzaron una alerta para que la variedad romana no se consuma en ninguno de los dos países.

En Estados Unidos, la llamada de atención salió de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Pidieron a la población que no se consuman lechugas romanas en el país debido a un brote de Escherichia coli.

“Los CDC advierten a los consumidores de EE.UU. que no coman ninguna lechuga romana, y a los minoristas y restaurantes que no sirvan o vendan ninguna hasta que sepamos más sobre el brote”, señaló en un comunicado la institución.

El organismo estadounidense apuntó que está investigando el caso y que irá actualizando la información conforme vayan obteniendo más datos. Según los CDC, 32 personas fueron infectadas por este brote de E. coli en 11 estados del país entre los días 8 y 31 de octubre. En total, 13 personas fueron hospitalizadas debido a esta bacteria, incluida una persona con Síndrome Urémico Hemolítico, un tipo de insuficiencia renal, aunque no se registró ningún fallecimiento.

En Canadá, la Agencia de Salud Pública informó que hasta el martes hubo 18 casos confirmados de personas enfermas, 15 en Quebec y tres en Ontario. El organismo pidió a los habitantes de ambas provincias evitar comer lechuga romana y ensaladas mixtas que contengan este tipo de lechuga.

Los casos en EE.UU. y Canadá “indican que la lechuga romana es una fuente probable del brote”, de acuerdo al comunicado de los CDC. En mayo, las autoridades sanitarias de EE.UU. informaron que una persona en California murió como consecuencia del brote de E. coli vinculado a lechugas y que había afectado a 121 personas en 25 estados. La cepa identificada es diferente a la relacionada con ese brote, pero parece ser similar a la vinculada con uno en los vegetales de hoja del año pasado.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) no ordenó aún el retiro masivo del mercado porque, dijo el comisionado de la agencia Scott Gottlieb, no tiene suficiente información. Pero agregó que los supermercados y restaurantes deben retirar los productos hasta que se pueda identificar la contaminación.

Fuente: Clarín