El primer ministro de Reino Unido de Gran Bretaña, Boris Johnson, anunció ayer que renuncia a su cargo como líder del Partido Conservador y, como consecuencia, abandona su puesto de jefe del Gobierno, obligado por las dimisiones en su equipo luego de un escándalo sexual que incluyó a uno de sus aliados y que generó cuestionamientos públicos de su "integridad".

En una breve comparecencia pública en la puerta de Downing Street, contó que trató de persuadir a sus ministros y a los miembros del oficialismo de que cambiar de líder sería "excéntrico".

"No logré persuadirlos", afirmó Boris Johnson, en referencia a las elecciones de 2024 en las que los tories podrían perder el gobierno en manos de la oposición laborista.

El ahora saliente primer ministro consideró que en política "nadie es ni remotamente indispensable". La ministra de Relaciones Exteriores, Liz Truss, suena como favorita, aunque son muchos los ministros que esperan estar en lista.

No obstante, el primer ministro permanecerá en el cargo hasta septiembre u octubre, cuando recién podrá asumir su reemplazo. Conservadores rebeldes están pidiendo ya directamente la expulsión de Johnson del partido.

Durante la pandemia de covid-19, estalló el caso conocido como 'partygate', la celebración de fiestas en la residencia oficial de Johnson mientras el Reino Unido estaba bajo confinamiento. A eso le siguió un escándalo mayúsculo por haber promovido al diputado Chris Pincher (su aliado) pese a que estaba al tanto de acusaciones de acoso sexual en su contra.

Meses de turbulencia política incesante se dispararon este martes cuando el ministro de Salud y el canciller renunciaron por el manejo de Boris Johnson de las acusaciones por conducta sexual inapropiada contra Chris Pincher, quien renunció la semana última imputado de haber realizado "tocamientos" a dos hombres.

En un principio, Johnson admitió haber cometido un "error" al nombrarlo en febrero como encargado de controlar la disciplina de sus diputados. Y dijo que no sabía nada de las acusaciones a Pincher. Pero luego se supo que estaba al tanto y que había mentido.

Mientras los británicos estaban obligados a quedarse en casa debido a la covid-19, en Downing Street (sede de Gobierno), se sucedían todo tipo de eventos, desde fiestas de Navidad, despedidas o cumpleaños hasta celebraciones en el jardín para disfrutar del buen tiempo, en un escándalo bautizado como "partygate". Primero Johnson negó haber asistido. Luego apareció en varias fotos.

La descontrolada inflación hizo mella en la popularidad del gobierno, acusado de no hacer lo suficiente para ayudar a las familias que no logran llegar a fin de mes.

Principales referentes del Partido Laborista acusan a Boris Johnson de aferrarse al poder para poder celebrar su lujosa fiesta de bodas en una residencia oficial.