Los hospitales británicos deberían vender cigarrillos electrónicos y habilitar salas especiales donde los pacientes puedan usarlos con el objetivo de ayudarles a dejar de fumar, según una investigación de expertos de la Universidad de Stirling (Escocia) en colaboración con otros centros como el King's College de Londres. El estudio concluyó que los e-cigarrillos tienen un riesgo reducido para la salud en comparación con el tabaco convencional.


Destacaron que su uso podría ser especialmente útil en los hospitales de salud mental, donde los pacientes suelen pasar largas temporadas y algunos tienen altos niveles de adicción al tabaco convencional. Los problemas surgidos de la adicción al tabaco podrían mitigarse mediante el uso de los vapeadores, según los expertos.


Siguiendo estas recomendaciones, el Servicio de Salud Público de Inglaterra ha aconsejado permitir el uso del cigarrillo electrónico. Estos aparatos tienen generalmente forma de pipa o cigarro y están compuestos por un sistema inhalador que funciona con una resistencia y una batería que calientan y vaporizan una  solución líquida con nicotina u otras sustancias.


Esto implicaría que los médicos pudiesen prescribir los dispositivos electrónicos para dejar de fumar, algo hoy no permitido.