Buenos Aires, 30 de diciembre.- La alarma, aunque pasajera, ha vuelto al Coliseo de Roma. La caída de un fragmento de piedra en una de sus fachadas, la situada frente al Arco de Constantino, hizo intervenir a los bomberos para verificar la estabilidad del Anfiteatro Flavio, una de las siete maravillas del mundo.

Afortunadamente, no hubo heridos. Por precaución, la zona fue acordonada. Según la directora del Coliseo, Rossella Rea, «el desprendimiento habría sido causado por una paloma». La gran multitud y el ambiente de fiesta atenuaron la alarma: «He visto a la gente serena y casi nadie se ha dado cuenta del incidente».

El Coliseo se encontraba lleno de turistas por la apertura gratuita con motivo de la Navidad. Más de cinco mil lo visitaron solo durante la mañana. Se había abierto incluso el tercer nivel, con la posibilidad de visitas guiadas, mientras un actor vestido de gladiador contaba con palabras de Cicerón cómo se producían los juegos y luchas en la arena del Anfiteatro Flavio, construido entre los años 72 y 80 d.C. con capacidad para 50.000 espectadores. Su sobrenombre de Coliseo proviene de la gigantesca estatua, conocida como el Coloso de Nerón, ubicada en las inmediaciones del anfiteatro.

«Tres mil lesiones»

No es la primera vez que hay desprendimientos de los muros del Coliseo, el monumento más visitado de Italia, y entre los primeros del mundo. El último incidente fue en mayo del pasado año, cuando menos de un metro cuadrado de mampostería cayó en las redes de protección, un episodio debido «a las variaciones termo-hidrométricas». Ya entonces se planteó de forma dramática la necesidad de un mayor control y una aceleración en los planes de restauración.

En noviembre pasado, durante una inspección in situ, el subsecretario de Bienes culturales, Francesco Giro, había relanzado la alarma: «El Coliseo tiene tres mil lesiones y con un estado de grietas muy difundido, sobre el que estamos vigilando con las fibras ópticas aplicadas en los cuatro dorsales sobre los que se efectuará la restauración». «Sin duda, la contaminación, que ha producido transformaciones químicas en la estructura interna del Coliseo, junto con las vibraciones sonoras provocadas por el tráfico, ha sido la causa fundamental del deterioro del monumento», según su directora, Rosella Rea.

Restauración, en abril

La «cura» para el monumento símbolo de Roma está ya lista y se iniciará en abril próximo, gracias a los 26 millones de euros aportados como patrocinio por Diego della Valle, empresario de calzado y ropa. Por medio de un concurso internacional, han llegado 43 propuestas para el centro de servicios externo al Coliseo —explicó Francesco Giro— y casi cincuenta para las intervenciones de restauración en las fachadas norte y sur del monumento».

La ubicación del Coliseo, en uno de los lugares con más tráfico de Roma, hace mas difícil su conservación. Más de dos mil vehículos y 67 autobuses de turistas pasan cada hora frente al monumento, según datos de Legambiente. De ahí que esta asociación ecologista pida desde hace años la creación de una isla peatonal en torno al Coliseo. Pero para lograr ese sueño parece que serán necesarios todavía algunos años, quizá más de ocho. Para «Roma 2020», año de la celebración de los Juegos Olímpicos a los que aspira la capital italiana, «el Ministerio de Bienes Culturales tiene el proyecto de una isla peatonal para el Coliseo, que prevé el cierre de esa zona monumental con la realización de un elegante y gran ingreso», según Francesco Giro. Pero para Legambiente, el 2020 es demasiado tarde. «La isla peatonal se debe hacer con el inicio de los trabajos de restauración», afirma Lorenzo Parlati, presidente de Legambiente Lazio. «Si se pospone esa idea otros ocho años, el Coliseo se limpiará y se restaurará, pero con el tráfico y la contaminación volverá a estar como antes en poco tiempo», concluye Parlati.