El drama. Un hombre herido por la balas (serían de una pistola 9 milímetros) pide auxilio mientras unos metros más adelante un policía sigue la acción en busca del tirador. Se vivieron momentos de pánico.


Un atacante solitario abrió fuego esta tarde en el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale-Hollywood, en el estado de Florida, causando, al menos, cinco muertos y ocho heridos, en una acción que hasta el momento las autoridades norteamericanas se negaron a calificar como un acto de extremismo.


El aeropuerto, ubicado en Broward, en las afueras de Miami, y de gran importancia en tránsito aéreo, fue escenario ayer de un ataque de una persona no identificada que abrió fuego contra los pasajeros en la zona de recepción de equipaje de la Terminal 2.

La huida. Cientos de pasajeros y transeúntes ocasionales emprendieron la retirada de la escena del crimen intentando ponerse a salvo ellos y sus familias.


Aunque aún no fue identificado oficialmente, los medios de prensa de EEUU sostienen que el atacante es 
Esteban Santiago Ruiz, un portorriqueño de 26 años que tenía una identificación del Ejército estadounidense y que padecería trastornos psiquiátricos.


Santiago sirvió desde 2007 al 2016 en la Guardia Nacional de Puerto Rico y la Guardia Nacional de Alaska y estuvo desplegado en Irak desde el 2010 al 2011, según el Pentágono. 


El soldado de primera clase e ingeniero de combate recibió media docena de medallas antes de ser transferido a la reserva inactiva en agosto del año pasado. 


De acuerdo a las declaraciones brindadas por el Comisario general del condado de Broward, Scott Israel, el atacante actuó solo y fue detenido ‘ileso‘ y sin ofrecer resistencia, luego de abrir fuego indiscriminadamente a los pasajeros que retiraban sus equipajes.


El agresor comenzó la balacera luego de extraer un arma de su valija de mano en uno de los baños de la terminal aérea, para después emprender contra el resto de las personas que aguardaban la salida de sus equipajes.
Más allá de la manifiesta intencionalidad, durante la rueda de prensa brindada en el mismo aeropuerto, Israel consideró que es ‘demasiado pronto‘ para saber si el ataque es ‘un acto de terrorismo‘. 


La primera información sobre la identidad del agresor la proporcionó el senador estadounidense Bill Nelson quien aseguró que el tirador es de origen hispano e ingresó al aeropuerto con una credencial militar.


En declaraciones a la cadena NSNBC, el senador demócrata afirmó que el tirador llevaba una identificación militar con el nombre de Esteban Santiago Ruiz, de 26 años, aunque no pudo confirmar si el documento le pertenecía o era de otra persona . Asimismo, Nelson sostuvo que el área de retiro de equipaje era un ‘blanco fácil‘ y sostuvo que no podía especificar las motivaciones del autor del ataque.


Pese a las afirmaciones del legislador demócrata, el Comisionado de Broward, Chip LaMarca, informó a la prensa que el detenido había llegado al aeropuerto de Fort Lauderdale en un vuelo con un arma registrada en su bolso de mano. El tirador consiguió su bolso y se dirigió al baño para cargarla antes de salir y disparar, aseguró LaMarca. 


Luego de conocerse el tiroteo, las cadenas estadounidenses comenzaron a reproducir imágenes de pasajeros corriendo por las pistas buscando refugio, una imagen que se extendió a lo largo de las horas y que se agravó con los rumores de la existencia de un segundo atacante.


Pese a que la alcaldesa de Broward, Barbara Shareif, asegurara previamente que no había pruebas de que el autor de los disparos haya ‘actuado en complicidad con otros‘, algunos medios reportaron nuevos disparos mientras sucedía la evacuación.


La versiones periodísticas fueron luego desestimadas por el Comisario. Al mismo tiempo, las diferentes emisoras mostraban corridas de pasajeros y trabajadores aeroportuarios buscando refugio y el despliegue de fuerzas policiales que hacían suponer la continuidad de los operativos para dar con un supuesto segundo tirador.


Cuatro horas después de terminado el ataque, el operativo de seguridad continuaba en el segundo aeropuerto en importancia de Miami, que recibe 27 millones de pasajeros anuales y opera vuelos al interior de Estados Unidos y el Caribe.
 


Qué dijo Santiago al FBI sobre el EI

El hermano del sospechoso, Bryan Santiago Ruiz, declaró a NBC News que el presunto atacante vivía en Alaska, donde trabajó como guardia de seguridad. Bryan reveló que Esteban Santiago sufría desórdenes postraumáticos tras su experiencia en Irak. En 2011 y 2012 Santiago fue investigado por pornografía infantil, aunque no hubo evidencia suficiente para acusarlo, y que en noviembre de 2016 entró en una oficina del FBI en Anchorage (Alaska) y dijo que estaba siendo obligado a enrolarse en las filas del Estado Islámico (EI).

Murieron al menos 33 internos 


Otra masacre de reos en cárcel de Brasil


La muerte de al menos 33 internos en una cárcel del norte de Brasil agravó ayer la crisis carcelaria que vive el país, que registró al menos 95 asesinatos en prisiones en los primeros seis días del año. La nueva masacre se produjo en una cárcel de Boa Vista, capital del estado de Roraima, fronterizo con Venezuela y Guyana, por un supuesto ajuste de cuentas interno entre integrantes de la facción Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor de Brasil, según explicó el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes.


El secretario de Justicia y Ciudadanía de Roraima, Uziel Castro, por su parte, entró en contradicción: confirmó inicialmente que la reyerta fue ‘interna‘, pero posteriormente precisó que el PCC fue quien comandó el asesinato y que los muertos no pertenecían a ninguna organización criminal. 


Ambos funcionarios descartaron que las muertes en Boa Vista hayan sido una venganza tras el asesinato de 56 reos, muchos de ellos del PCC, entre el 1 y de 2 de enero en el Complejo Penitenciario Anisio Jobim (Compaj) de Manaos. Tras la tragedia en Boa Vista el presidente de Brasil, Michel Temer, puso a disposición de Roraima ‘todos los medios federales‘ para ‘auxiliar‘ en las labores de seguridad. Con 622.000 presos -un 67,3 % más de su capacidad-, Brasil tiene la cuarta mayor población penal del mundo, por detrás de EEUU, China y Rusia.