La presidenta Cristina Fernández encabezó en la tarde de ayer la ceremonia de ascenso a los nuevos oficiales superiores de las Fuerzas de seguridad pero, contrariamente a lo esperado, no anunció el aumento salarial para el sector en recompensa por sus actuaciones durante el conflicto con las policías provinciales.
En la ceremonia, que se extendió apenas unos minutos, la jefa del Estado estuvo acompañada en el estrado por la ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez, a su derecha; y a su izquierda, en un hecho inédito para ese tipo de actos, se ubicó el secretario de Seguridad, Sergio Berni.
Como es habitual en estos casos, los ministros asistieron al acto, que se realizó en el Salón Blanco.
Vestida con un traje chemise negro y blanco, Fernández de Kirchner entregó los tradicionales sables a cada uno de los oficiales ascendidos de la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura Naval. Se había especulado que la Presidenta aprovecharía la oportunidad para agradecer a los efectivos de esas tres fuerzas su accionar durante los saqueos y actos de violencia ocurridos días atrás durante los acuartelamientos de las policías de algunas provincias. Asimismo se esperaba que fuera la propia mandataria la que en ese marco anunciara el aumento de salarios para las tres fuerzas.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, había adelantado el lunes en sus habituales declaraciones matutinas que ese incremento estaba decidido y se iba a publicar ayer en el Boletín Oficial. Sin embargo, el decreto no apareció y esa circunstancia abonó más versiones sobre que la jefa del Estado había pedido hacer el anuncio en forma personal. No hubo ninguna explicación oficial sobre las razones que demoran el incremento salarial para las fuerzas de Seguridad, en especial porque las policías que se amotinaron acordaron con sus respectivos gobernadores incrementos importantes. Sí hubo otra fuerte denuncia por parte de Capitanich a los medios de comunicación a la oposición por los rumores saqueos en la previa a la Navidad.
Capitanich advirtió que ‘existe una campaña sistemática de agravio y difamaciones de parte de grupos económicos concentrados, algunos medios de comunicación y dirigentes políticos‘ que pretenden generar ‘zozobra, miedo y temor‘ en la población.
En tanto, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, desmintió ayer que se hayan suspendido o modificado las vacaciones de los efectivos del Ejército Argentino preventivamente frente al alerta de eventuales saqueos.
‘No hay ningún radiograma ni ninguna comunicación de parte nuestra para modificar el sistema de licencias que habitualmente tiene el Ejército y el resto de las fuerzas armadas‘, dijo Rossi. (DyN)
