Un impacto acompañado por un fuerte ruido, gritos de espanto de decenas de pasajeros que ya temían lo peor. Después una desbordante cadena humana intentando ayudar a los heridos, mientras, a coro, gritaban ‘asesino, asesino’, cuando rescataban al motorman para darle los primeros auxilios. Afortunadamente esta vez no hubo muerte, aunque sí 99 heridos, ninguno de ellos de gravedad. Igual la Justicia está investigando en siniestro y, por ahora, tiene al motorman detenido e incomunicado bajo sospecha de haberse quedado dormido ya que los datos del GPS establecieron que la formación iba a una velocidad excesiva en los tramos clave.

Así se vivió en la madrugada de ayer un nuevo choque de un tren de la línea Sarmiento en el barrio porteño de Once en el andén número dos, el mismo andén donde el 22 de febrero de 2012 colisionó la formación que provocó una tragedia con la muerte de 51 personas.

El choque ocurrió a las 7.25, cuando la formación Chapa 5, que había partido con pasajeros de la estación de Moreno, impactó contra el fondo del andén y tras el episodio un grupo de pasajeros increpó y golpeó al motorman.

El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, confirmó que la formación iba a una velocidad superior al promedio y admitió que en torno a las causas del accidente ‘no descarto nada‘. ‘A 900 metros (de la estación), donde la velocidad promedio es de 37,7 Km por hora, la formación pasó a 48 Km. A 600 metros, donde el promedio es de 35,5 Km, pasó a 50. A 300 metros, cuando la velocidad promedio es de 25 Km
por hora, pasó a 36. Y dentro del andén, donde debe ingresar a 12 Km, lo hizo a 22 Km por hora”.

Randazzo advirtió que “nada ni nadie va a torcer la voluntad política” de “seguir transformando el sistema de transporte público de la Argentina”.
La Unidad de Gestión Operativa de las líneas Mitre-Sarmiento confirmó que el tren ‘impactó contra los paragolpes del andén dos‘ y ‘no se produjeron acaballamientos entre los coches‘ del servicio.
La investigación quedó a cargo del juez Ariel Lijo, quien dispuso el arresto del maquinista Julio Benítez y ordenó el secuestro de las cámaras de seguridad ubicadas en esa terminal ferroviaria para avanzar en las pesquisas del accidente.

Los servicios de emergencias de la Ciudad asistieron casi de inmediato a los heridos en Once con el
despliegue de más de 80 ambulancias, dos helicópteros, diversas dotaciones de bomberos y unidades de rescates especiales.
Benítez, que conducía la locomotora 2360, será indagado en las próximas horas y sobre él recaen las sospechas de un grupo de pasajeros que lo increparon y golpearon al grito de ‘asesino‘ tras el choque. Oficialmente se precisó que hubo 99 heridos, entre ellos dos niños de ocho años, y que fueron asistidos en doce hospitales porteños con traumatismos, golpes y crisis nerviosas. El juez Lijo no tiene, por ahora, ‘no tiene ninguna hipótesis’, aunque muchos pasajeros relataron en los medios que el motorman había tenido problemas con el frenado en dos o tres estaciones anteriores por lo que sospechaban que ‘se venía durmiendo’. (DyN, Télam)