María Magdalena Ferreyra de Jácamo cumplió el miércoles pasado 91 años, lo festejó con su familia y los vecinos que fueron parte necesaria de este agasajo en el lugar donde nació y todavía reside, la Villa Pósleman, en Rivadavia. Pero jamás pensó que esas personas que tanto quiere y que están lejos, iban a ser también parte de un festejo en donde la página web de DIARIO DE CUYO fue cómplice, ya que permitió unirlos más allá de la distancia.
La primera repercusión vino desde Nueva York, EE.UU. Allí vive una de sus bisnietas, Analía, que se sorprendía de ver a "la nona" en el diario y no dudó en llamar para saludarla, mientras se festejaba el cumpleaños en Rivadavia. A medida que las horas transcurrían los llamados de sus seres queridos, que no viven en la provincia, llegaban a oídos de María Magdalena. Carlos o como le dicen en la familia, "Carloncho", es uno de los nietos más grandes que se encuentra en Ramos Mejía, Buenos Aires y hace varios años que no se ven. Se emocionaba al verla "en la Internet", al igual que Redendo Ferreyra, uno de los cuatro chicos que crió y que vive en Colonia Carolla, provincia de Córdoba, quien como de costumbre la llamó para saludarla, pero con el ingrediente de que la novedad pasaba por que "la había visto en el Cuyo". Y la última sorpresa del cumpleaños 91, venía con un aire fresco sur argentino. Sofía Jácamo, hija natural de María, que reside en Río Grande, Tierra del Fuego y hace unos 20 años no la ve, se sorprendía en ver a "la mama" en el diario. Desde Tierra del Fuego hasta Nueva York, le cantaron el feliz cumpleaños a Doña María Magdalena, está abuela que entregó su corazón no solo a los más cercanos, sino también lo brindó a todos aquellos que lo necesitaron.
Para esta abuela el paso de los años acrecentó el deseo de estar cerca de los seres queridos, quienes por diferentes razones se encuentran desperdigados por el mundo. Doña María Magdalena dedicó su vida a los demás, a cubrir esas necesidades que las suplía con trabajo y fundamentalmente con todo su amor. El pasado miércoles con la publicación de la nota de su cumpleaños, sirvió para que Doña María Magdalena se diera cuenta de cuanto la quieren, no solo en su patria chica, que es Villa Pósleman, sino también en cada rincón de América donde tiene un ser querido.
