Apenas sobrepasa la veintena y tiene una carrera prometedora, un estilo de juego muy característico y se ha convertido en uno de los protagonistas del Mundial de Sudáfrica. Y no es Lionel Messi. Se trata de Mesut Özil, que hoy se medirá a "la Pulga", el jugador con el que comienzan a compararle.

Dos años más joven que el de Rosario, el Messi de la "Mannschaft" encarna el espíritu de la selección alemana, un equipo joven y desenvuelto que busca que el talento fluya en la cuadriculada táctica germana.

Su descaro en el juego ha puesto el toque justo de brillo que precisaba un equipo bien engrasado que ha despertado muchas alabanzas en Sudáfrica.

En particular tras la goleada frente Australia (4-0) en su debut mundialista, en la que mucho tuvo que ver la velocidad y clarividencia en el pase del jugador nacido hace 21 años en Gelsenkirchen en el seno de una familia de origen turco, aunque su madre es tunecina.

Aquel encuentro marcó el inicio de una asociación letal entre el jugador del Werder Bremen y otro jovenzuelo que ha explotado en Sudáfrica, el centrocampista del Bayern de Múnich Thomas Müller.

Su peso en el equipo fue en aumento para regocijo del seleccionador, Joachim Löw, que lo ha elegido para ser el director del juego ofensivo germano. Pero Özil no se ha conformado con crear y puso de manifiesto sus dotes de goleador en el decisivo encuentro contra Ghana, cuando logró el tanto de la victoria que daba a los germanos el pase a octavos de final.

Por el momento es su único tanto, pero es uno más que los que lleva Messi, que aunque ha intentado de todas las formas posibles todavía no ha sido capaz de perforar el arco rival.

Mesut Özil sabe que le queda mucho camino por recorrer para llegar a la altura de Messi, que ya fue elegido mejor jugador del mundo y que ha ganado todo con la camiseta del Barcelona. Por ello el club catalán parece haber puesto los ojos en el jugador germano.