El vuelo fue tranquilo. Bruno iba sedado y durmió casi todo el tiempo. El aterrizaje fue normal y 20 minutos después, trasladado en ambulancia, Cervera ingresó en una clínica céntrica. Uno a uno, sus familiares íntimos salieron de la habitación emocionados, con las lágrimas a flor de piel. La angustia de la lejanía había llegado a su fin. Ayer, el juvenil integrante de la selección sanjuanina de vóleibol que se accidentó en Caleta Olivia fue trasladado a San Juan en un avión sanitario de la provincia de Santa Cruz, después de haberle escapado a la muerte y lograr una asombrosa y rápida recuperación.
"Ahora, su lucha va a ser contra las posibles secuelas que puedan traer las lesiones cerebrales. Pero va a estar bien, muy bien", dijo ayer un emocionado Daniel Cervera, el padre de Bruno.
El miércoles 9, Bruno (15 años) se preparaba para jugar el Nacional Sub 16 en Caleta Olivia cuando en la previa cayó desde una terraza en construcción del hotel Robert. Fueron 8 a 10 metros de altura y tuvo suerte porque cayó a unos centímetros de una columna de hierro y de una zapata. Cervera sufrió fractura de cráneo con edema cerebral, fractura en un hueso de la base del oído, también de clavícula y de tres costillas y contusión pulmonar.
Después de superar momentos muy críticos, en los que se codeó con la muerte, Bruno salió rápidamente de su estado de inconciencia y de hecho, a nueve días del accidente, su estado de salud le permitió hacer un traslado de 3.000 kilómetros.
"¿Del diario sos?. Todo bien, todo bien", dijo Bruno. Dio la mano y sonrió. Fue ayer, mientras ingresaba a la clínica Ceac. "Día a día mejora. Quedan algunas pequeñas hematomas en su cerebro, que obviamente lo afectan. Por ejemplo, Bruno reconoce a las personas, pero no tiene relación tiempo/espacio. No sabe donde está ni qué pasó", dijo Daniel.
"A partir de ahora, los médicos van a empezar a evaluar otros aspectos de su recuperación neurológica. Es posible que aparezcan secuelas, como también que no. Su lucha va a pasar por ahí. Lo importante hoy es que ya lo tenemos en San Juan. Y en unos días más, seguramente en casa", apuntó Daniel.
Cervera mejora a pasos agigantados. Su juventud le juega a favor. "Mi hijo nació el 17 de julio del 94; pero el 9 de septiembre de 2009 volvió a nacer", confesó el padre de Bruno, el protagonista -sin proponérselo- de un historia dramática pero con final feliz.
