El operativo de seguridad, que contó con 600 efectivos anoche en el Bicentenario fue puesto a prueba varias veces por los hinchas de ambas parcialidades y respondió correctamente, como debía de esperarse. Algunos intercambios de insultos, pero más de eso no hubo otro sobresalto, salvo pequeños roces en el camino que no obligaron a detener gente. Es por eso que puede decirse que el partido dentro de todo se dio en paz.

Algunos altercados en el camino de los hinchas de Desamparados fueron puestos de manifiesto por gente que vive en calle Hipólito Yrigoyen, que sufrieron roturas de algunos vidrios en vehículos, según señalaron, cuando la “cápsula” hecha por la Policía transportaba a la parcialidad puyutana.

Con respecto a la llegada de simpatizantes verdinegros, el ingreso al estadio fue bastante desprolijo y sin respetar la fila que mucha gente hacía, el control fue desbordado y a los pocos minutos controlado con la ayuda de la Guardia de Infantería.

Dentro del estadio, las dos hinchadas estuvieron bien divididas y no se juntaron en ningún momento, aunque antes del inicio de encuentro en la popular de San Martín se rompió una puerta directa al campo de juego y efectivos debieron actuar rápidamente para controlar la situación. Lo mismo generó la gente de Desamparados en la tribuna popular, respondiendo con la rotura del alambrado, que sobre el final se volvió a repetir y bomberos dispersaron con agua.

La fiesta estuvo completa y aunque hubo sobresaltos, se dio en paz.