La mayoría de los tenedores de bonos de la automotriz General Motors aprobó una oferta de canje de deuda, dijo ayer una fuente cercana a la votación, despejando el camino para presentar la bancarrota de la gigante estadounidense hoy en Nueva York.
Los tenedores de bonos completaron la votación el sábado y poco más del 50% acordó el canje que les daría de entre 10 y 25% de participación en una reorganizada GM (GM.N), a cambio de 27.000 millones de dólares en bonos de deuda, indicó la fuente.
El presidente de la General Motors, Fritz Henderson ha convocado una rueda de prensa para hoy en Nueva York, la misma ciudad en la que se sitúa el Tribunal de Quiebras donde los abogados de la automotriz presentarán los documentos de la suspensión de pagos, en la que anunciará la situación del gigante industrial estadounidense.
También se espera que durante la misma conferencia Henderson anuncie nuevos despidos y revele las 14 plantas que GM cerrará antes de finales del 2010.
Durante la semana, GM ha estado apurándose en completar una serie de acuerdos de último minuto que intentan acelerar el proceso de quiebra, que la verían emerger con un mayor porcentaje de propiedad del Gobierno estadounidense.
Aquellos acuerdos incluyen un nuevo contrato para el sindicato United Auto Workers y un pacto para salvar del colapso a la automotriz Opel -unidad de GM-, tras negociaciones mediadas por el Gobierno alemán.
A fines de marzo, el Gobierno estadounidense del presidente Barack Obama, había establecido que GM necesitaba reducir sus costes laborales, rebajar sus responsabilidades financieras y reestructurar su deuda para seguir recibiendo préstamos públicos. Desde diciembre, General Motors ha recibido del Departamento del Tesoro 19.400 millones de dólares en préstamos, lo que le ha permitido seguir operando. Pero la empresa necesita hasta 40.000 millones de dólares más para reestructurarse de forma que sea viable a largo plazo.
El gigante ha conseguido llegar a acuerdos con sus empleados para reducir salarios y reestructurar sus pagos de prestaciones sanitarias, tal y como quería Obama.
Se prevé que GM planteará al tribunal un proceso rápido, similar al que está experimentando Chrysler, durante el cual el Gobierno estadounidense comprará los activos rentables y proporcionará 30.100 millones de dólares para que la empresa siga funcionando en los próximos meses.
