Según datos oficiales, la actividad económica del país ha vuelto a los índices anteriores al estallido de la crisis financiera mundial, pero mucho más trascendente porque también se está creciendo a un ritmo más alto al experimentado en los dos últimos años.
El informe publicado el viernes último por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), dice que en abril pasado este crecimiento fue del 9,7% sobre el mismo mes de 2009 y del 1,3% con respecto a marzo. Tan importante como las cifras, es conocer los sectores que han contribuido a restablecer y fortalecer los parámetros de crecimiento. El campo se lleva los laureles, tras sortear con éxito impedimentos políticos y contingencias naturales, mientras espera una cosecha récord.
Igual progreso viene mostrando la producción industrial, con un aumento del 9,9%, en el sector automotriz y el de la siderurgia, en tanto la construcción hizo un aporte significativo por la recuperación que tuvo en los últimos tiempos.
Al margen de la sobreestimación del crecimiento que podrían tener las cifras difundidas por el INDEC, los analistas privados señalan que es necesario remontarse a abril de 2008 para encontrar un nivel semejante en la actividad económica cuando la suba tuvo un 9,8%, tras lo cual el colapso global incidió negativamente.
Por su parte el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), que suele anticipar el comportamiento del PBI, indica que el primer cuatrimestre cerró con una expansión del PBI del 7,5%, es decir, superó todas las previsiones tanto oficiales como privadas. También se superó, con creces, el nivel estimado en el Presupuesto Nacional, donde se calculó una suba del 2,5% para este año, mientras que las consultoras privadas están corrigiendo sus números para ubicarlos en la realidad, en particular los del campo, donde la última sequía produjo caídas mensuales para el agro del 26% en promedio. En este contexto Brasil, como socio comercial, juega un papel vital ya que con un crecimiento del 6% es el destino mayoritario de nuestra producción automotriz.
La recuperación del crecimiento no se frenará, aunque para el resto del año los economistas prevén porcentajes más modestos. Pero para estimular al crecimiento deben replantearse las políticas fiscales, laborales y crediticias porque el Estado tiene el deber de acompañar al esfuerzo de la actividad privada.
