Aún cuando el movimiento 15-M (los manifestantes “indignados” de España) hizo un llamado al pueblo español de no ir a votar como una forma más de rebelión frente a la grave crisis económica que azota el país, no tuvo efecto entre los votantes. Acudieron a las urnas el 66,31% de los electores, frente al 63,97% que lo hizo en los comicios anteriores, lo que supone un aumento de la participación de 2,26 puntos. De todos modos, con más del 99% de los votos escrutados, los votos blancos y nulos superan en más de un punto a los emitidos en los comicios anteriores, de 3,09 a 4,23%, según datos del Ministerio del Interior. De ser una fuerza política, serían la cuarta más votada, por delante de Izquierda Unida (3,20%). En concreto, los votos en blanco han aumentado algo más de medio punto, su resultado más alto de la democracia española, y los nulos en un 0,62%. No obstante, los analistas no se atreven a atribuir el resultado al movimiento 15-M y matizan que los votos nulos pueden deberse a errores inconscientes de los electores.
