El 12 de septiembre de 2013, en esta misma columna de "Realidad”, contaba la realidad mundial del programa "Una PC por niño” y esbozaba el intento argentino, amparado en la Ley de Educación 26.206 que plantea la garantía del Estado en el acceso a la información y el conocimiento y a la vez que la educación brinde las oportunidades necesarias para desarrollar y fortalecer la formación integral de las personas. En esta ocasión me referiré al uso de Tecnologías en la Educación, y al momento en que se comienzan a preparar varios proyectos inclusivos.

Algunas provincias inician acciones bajo diferentes modelos y el Estado abre el portal Educ.Ar en 2001, con la finalidad de producir contenidos educativos y capacitar a distancia. También desde 1998 se comienzan a distribuir Centros Tecnológicos Comunitarios administrados por diferentes actores sociales, mediante el cual se proveía de computadoras y acceso a internet para la comunidad circundante.

En el 2005 se activa el canal de televisión Encuentro, como otra herramienta de apoyo a la educación, se adicionan luego PakaPaka y el canal de TV digital del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva.

Hasta el 2009 el esquema era el de "Laboratorios”, diversos programas como Promedu distribuían computadoras al sistema educativo, armando como 10.000 aulas virtuales.

Allí se inicia el programa uno a uno (1 @ 1), destinado en principio a las escuelas de educación técnica, impulsadas por planes pilotos en diversas localidades, siguiendo la idea impulsada por Nicholas Negroponte a nivel mundial, solo que en las escuelas primarias.

El diseño del plan apuntó al nivel medio (Una computadora por alumno – 2009), con la idea de vincular la formación de los jóvenes a lo que necesitaría el mercado laboral. Se definieron carreras claves para el desarrollo económico y productivo del país y se ejecutaron programas en esa dirección, ya sea mediante becas específicas o programas de investigación aplicada en los campos de las ciencias duras.

El Programa Conectar – Igualdad (PCI), anunciado y creada en 2010, mediante el decreto 459/10 de la Presidencia, extiende el programa a todo el nivel medio y pasó de tener una finalidad educativa al de inclusión social universal. La computadora se lleva a la casa y toda la familia se encuentra involucrada en la apropiación de la tecnología. Esta característica, de volcar el esfuerzo a nivel medio es una virtuosidad del modelo, que permite que el adolescente que termine el secundario, tenga capacidades tecnológicas, necesarias para el mundo del trabajo, en un país con una impronta dirigida a la industrialización.

Los principales objetivos son: Promover la igualdad de oportunidades entre todos los jóvenes del país, al brindarles un instrumento que permita achicar la brecha digital. Construir una política universal de inclusión digital de alcance federal. Garantizar el acceso de todos a los mejores recursos tecnológicos y a la información. Formar sujetos responsables, capaces de utilizar el conocimiento como herramienta para comprender y transformar constructivamente su entorno social, económico, ambiental y cultural, y de situarse como participantes activos en un mundo en permanente cambio. Desarrollar las competencias necesarias para el manejo de los nuevos lenguajes producidos por las tecnologías de la información y la comunicación. En este sentido, brindarles a los alumnos las mayores posibilidades de inserción laboral. Mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje a través de la modificación de las formas de trabajo en el aula y en la escuela a partir del uso de las TIC. Incorporar y comprometer a las familias para que participen activamente del proceso de aprendizaje de los alumnos. Promover el fortalecimiento de la formación de los docentes para el aprovechamiento de las TIC en el aula.

La administración y contrataciones de compras se encargan a la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). En el primer año se adquieren 350.000 computadoras, donde predominaba la importación.

La segunda compra de 700.000 equipos de mayores prestaciones, entre ellas el doble "’booteo”, con la idea de afirmar el concepto de software libre.

En la tercera compra de 1.500.000, se amplía la memoria y el disco duro y se contempla la posibilidad de agregarle un sintonizador de TV digital. El formato exterior debía respetar un diseño propuesto y se debía proveer con un sistema de seguridad contra robos, de manera que se inutiliza el equipo si sale del entorno educativo. Las últimas compras incluyen las características mencionadas.

Hasta la fecha se entregaron 3.347.000 y en breve se cumple el objetivo primario de 3,5 millones. Sin embargo algunas informaciones indican que el plan seguirá por un tiempo.

(*) Docente e investigador de la Universidad Nacional de San Juan.