A dos días de iniciarse la Cumbre de Seúl, donde debatirán las veinte economías desarrolladas y emergentes (G-20) -en la participa la presidenta Cristina Fernández de Kirchner-, las expectativas del cónclave parecen estar lejos de un entendimiento para alcanzar la recuperación económica mundial.

El clima enrarecido, más allá de las protestas callejeras de los activistas antiglobalización, se genera por las decisiones adoptadas previamente por los países que son gravitantes, en particular los Estados Unidos, que es blanco de fuertes críticas tanto de los países ricos como de las naciones en desarrollo, debido a la controvertida decisión de la Reserva Federal (Fed) de inyectar 600.000 millones de millones de dólares en la mayor economía mundial.

Sobre los riesgos de una "guerra de divisas" que podría socavar la recuperación económica global que se busca, China, Alemania, Rusia, Brasil y la Unión Europea, entre otros, expresaron su fuerte malestar por la decisión de la Fed que podría generar una "guerra de divisas", al considerar que debilitará el dólar, creará presiones inflacionarias y enviará a los mercados emergentes incontrolables sumas de dinero. Todos los críticos coinciden en que EEUU hace exactamente lo mismo que le reprocha a China: devaluar deliberadamente su moneda para impulsar sus exportaciones. Más aún, Lula da Silva cruzó a los dos colosos, al acusar a Washington y a Pekín de generar un desequilibrio comercial en el mundo, o una guerra cambiaria especulativa.

Para la Argentina esta reunión tiene una importancia clave, ya que buscará avanzar en un acuerdo para reestructurar nuestra deuda en cesación de pagos de 6500 millones de dólares con el Club de París, para lo cual deberá convencer en forma individual a las naciones que lo integran, de manera que acepten un acuerdo de pago al margen de la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta coyuntura no es un tema menor si se tiene en cuenta que desde 2006 el Gobierno argentino se niega a que el FMI revise el estado de su economía, argumentando que las recetas del organismo precipitaron la histórica crisis económica de fines del 2001.

EEUU Alemania y Japón habrían adelantado la aprobación a esa alternativa. Habrá que esperar para saber si el foro adopta igual criterio.