Si la fe mueve montañas, la fe en la Difunta Correa mueve promesantes. Eso se vio ayer, cuando el paraje ubicado en Caucete se trasformó una vez más en la tierra de los promesantes que llegan para agradecer y cumplir con la Difuntita por los favores que reciben. Según datos de la Policía, fueron 25.000 las personas que llegaron al complejo durante la noche y el día de Viernes Santo. Y, entre ellos, no hubo sólo gente de San Juan, también llegaron personas de otras provincias, como Mendoza, Córdoba y San Luis. Sobre las escaleras que llegan hasta la imagen de la mujer recostada con su hijo en el pecho y entre el humo y el olor de miles de velas encendidas, se vio la imagen de familias enteras llorando, de espaldas con cicatrices, de rodillas raspadas y de caras de cansancio y emoción, que reflejaron el ritual. La mayoría de los promesantes agradeció por favores relacionados con la salud de sus familiares y por triunfos en el trabajo y el estudio.
